El pasado 25 de mayo fallecía a la edad de cien años el actor y cantante Herb Jeffries*. Su nombre real era Umberto Alexander Valentino. Para muchos una figura completamente desconocida aunque basta entrar en su curiosa biografía para encontrar detalles ciertamente interesantes. Para ello vamos a embarcarnos en nuestra maquina temporal y retroceder ochenta años en el pasado:
La década de los treinta del pasado siglo. El cine se
encuentra en su máximo apogeo. El cambio al sonoro provoca víctimas aunque el
medio sigue adelante. La primera revolución ha tenido éxito. Herbert Jeffries era entonces un cantante de
jazz (de raices variopintas) que observó durante sus giras por el sur las
aglomeraciones de afroamericanos para ver westerns en las matinales de los
domingos. Al
músico se le encendió la bombilla. Quiere emular a Gene Autry y Roy Rogers en
sus ligeros westerns musicales repletos de canciones, aventuras, pistolas y
cabalgadas con una diferencia. Sus películas van a ir dirigidas al público de
color. Jeffries era mestizo pero asumió desde el primer momento su parte negra
en una época en que muchos artistas afroamericanos sufrían los problemas de la
segregación racial.
Además, el medio fílmico le iba permitir dar a conocer sus
composiciones más country. La empresa no era fácil y necesitaba un respaldo
económico importante para llevarla adelante. Las puertas se abrían y cerraban
al dar a conocer tan insensata propuesta. Al final, su camino se cruzó con Jed
Buell un productor temerario que vió con buenos ojos el proyecto
presentado. En la trayectoria fímica de
Buell se encuentran varias races movies
protagonizadas por el cómico Monte Moreland así como el primer western
protagonizado integramente por enanos: The Terror of Tiny Town (1938, Sam
Newfield).
Jeffries buscó actores de color que cantasen y montasen a
caballo para protagonizar la película. Al no encontrar a nadie decidió
protagonizar la película, amén de ocuparse del apartado musical y doblarse en
las escenas más arriesgadas. Nace así Harlem on the Prairie (Sam Newfield,
1937) reliquia histórica que se convierte en el padre del western negro. En
esta primera aventura, el cantante contó en el reparto con Spencer Williams
(otro desconocido pionero del cine afroamericano) y al citado humorista Monte
Moreland. La película tuvo una moderada repercusión y generó tres propuestas
similares: Two-Gun man from Harlem (Richard C. Kahn, 1938), Harlem rides the range
(Richard C. Kahn, 1939) y The Bronze Buckarro (Richard C. Kahn, 1939), trilogía
protagonizada por un cowboy cantante y deshacedor de entuertos llamado Bob
Blake.
Posteriormente sus apariciones fílmicas fueron muy escasas aunque recordemos su papel protagonista junto a Angie Dickinson en el drama musical Calypso Joe (1957, Edward Dein). Su única película como director fue Mundo Depravados (1967) toda una bizarrada sesentera realizada al sercicio de su entonces esposa (estuvo casado otras cuatro veces): la espectácular stripper Tempest Storm. En los últimos años, su figura ha sido ampliamente recordada y homenajeada en diversas publicaciones, documentales y especialmente por instituciones vinculadas a recordar el legado de la cultura negra del pasado siglo.
*Precisamente el pasado més de Abril, durante la presentación en Madrid del nº 1 del fantástico Cine-Bis, tuve el gusto de conocer a Pedro Gutierrez Recacha (entre otras cosas, todo un experto en western español) que se mostraba entusiasmado con la figura de Jeffries y comentabamos lo interesante que sería recuperar sus películas en algún ciclo.
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