sábado, 31 de mayo de 2014

JEFFRIES ON THE PRAIRIES (1914-2014)


El pasado 25 de mayo fallecía a la edad de cien años el actor y cantante  Herb Jeffries*. Su nombre real era Umberto Alexander Valentino. Para muchos una figura completamente desconocida aunque basta entrar en su curiosa biografía para encontrar detalles ciertamente interesantes. Para ello vamos a embarcarnos en nuestra maquina temporal y retroceder ochenta años en el pasado:

 

La década de los treinta del pasado siglo. El cine se encuentra en su máximo apogeo. El cambio al sonoro provoca víctimas aunque el medio sigue adelante. La primera revolución ha tenido éxito. Herbert Jeffries era entonces un cantante de jazz (de raices variopintas) que observó durante sus giras por el sur las aglomeraciones de afroamericanos para ver westerns en las matinales de los domingos. Al músico se le encendió la bombilla. Quiere emular a Gene Autry y Roy Rogers en sus ligeros westerns musicales repletos de canciones, aventuras, pistolas y cabalgadas con una diferencia. Sus películas van a ir dirigidas al público de color. Jeffries era mestizo pero asumió desde el primer momento su parte negra en una época en que muchos artistas afroamericanos sufrían los problemas de la segregación racial. 

 
Además, el medio fílmico le iba permitir dar a conocer sus composiciones más country. La empresa no era fácil y necesitaba un respaldo económico importante para llevarla adelante. Las puertas se abrían y cerraban al dar a conocer tan insensata propuesta. Al final, su camino se cruzó con Jed Buell un productor temerario que vió con buenos ojos el proyecto presentado.  En la trayectoria fímica de Buell se encuentran varias races movies protagonizadas por el cómico Monte Moreland así como el primer western protagonizado integramente por enanos: The Terror of Tiny Town (1938, Sam Newfield).

 
Jeffries buscó actores de color que cantasen y montasen a caballo para protagonizar la película. Al no encontrar a nadie decidió protagonizar la película, amén de ocuparse del apartado musical y doblarse en las escenas más arriesgadas. Nace así Harlem on the Prairie (Sam Newfield, 1937) reliquia histórica que se convierte en el padre del western negro. En esta primera aventura, el cantante contó en el reparto con Spencer Williams (otro desconocido pionero del cine afroamericano) y al citado humorista Monte Moreland. La película tuvo una moderada repercusión y generó tres propuestas similares: Two-Gun man from Harlem (Richard C. Kahn, 1938), Harlem rides the range (Richard C. Kahn, 1939) y The Bronze Buckarro (Richard C. Kahn, 1939), trilogía protagonizada por un cowboy cantante y deshacedor de entuertos llamado Bob Blake.

Posteriormente sus apariciones fílmicas fueron muy escasas aunque recordemos su papel protagonista junto a Angie Dickinson en el drama musical Calypso Joe (1957, Edward Dein). Su única película como director fue Mundo Depravados (1967) toda una bizarrada sesentera realizada al sercicio de su entonces esposa (estuvo casado otras cuatro veces): la espectácular stripper Tempest Storm. En los últimos años, su figura ha sido ampliamente  recordada y homenajeada en diversas publicaciones, documentales y especialmente por instituciones vinculadas a recordar el legado de la cultura negra del pasado siglo.  

 

*Precisamente el pasado més de Abril, durante la presentación en Madrid del nº 1 del fantástico Cine-Bis, tuve el gusto de conocer a Pedro Gutierrez Recacha (entre otras cosas,  todo un experto en western español) que se mostraba entusiasmado con la figura de Jeffries y comentabamos lo interesante que sería recuperar sus películas en algún ciclo.

viernes, 30 de mayo de 2014

BERNIE CASEY: GARGOYLE





BERNIE CASEY: GARGOYLES (1972)


"El diablo, aquel que una vez fue el favorito de los ángeles de Dios. Pero el orgullo llenó su corazón y le pareció inconcebible ser un sirviente. El diablo y sus seguidores, que cometieron el pecado del orgullo, fueron vencidos en batalla por el Señor y sus huestes. Y fueron desterrados a las profundidades del infierno para nunca volver a sentir la presencia de Dios o ver el paraíso. Junto con sus seguidores, atormentado pero lleno de orgullo, el Diablo gritó desde las profundidades: “Es mejor gobernar en el infierno, que servir en el cielo”. Y proclamó: “Lo que perdimos en el cielo, lo tendremos en la Tierra. Mis descendientes, Las Gárgolas, gobernarán sobre las creaciones de Dios: La Tierra y el Hombre". Y así pasó el tiempo mientras los hombres gobernaban la Tierra, las gárgolas esperaban, al acecho ocultas en las sombras. Reapareciendo cada seiscientos años, las gárgolas luchaban contra los hombres por el dominio de la Tierra. Y en cada guerra las gárgolas casi fueron destruidas por el hombre, quien las sobrepasaba en número. Hoy en día, tras cientos de años se cree que esas grotescas estatuas y pinturas no son más que un producto de la imaginación. En esta era, en que los hombres se preocupan por las enfermedades que lo azotan, la raza humana ha olvidado a su más fiero enemigo…" 

 

Con esta narración se abre "Gargoyles" (1972, Bill L. Norton) simpático telefilme setentero más cercano a cierto cine fantástico de los 50 que al territorio satánico que parece apuntar el texto. En realidad, una monster-movie ambientada en escenarios desérticos donde un grupo humano variopinto y esquemático se enfrenta a una tribu de "Gárgolas" que viven escondidas en el lugar desde hace cientos de años.

 
Un antropólogo y su hija acuden a la llamada de un pintoresco lugareño  que desea enseñarles un secreto que oculta en uno de sus almacenes. La llegada de los forasteros desencadena el ataque de las misteriosas criaturas que parecen invocadas por algún secreto ritual. El enfrentamiento entre ambas razas dejará a las claras las verdaderas motivaciones de los monstruos.

 
"Gargoyles" (1972) es una entrañable entretenimiento que reune basicamente lo esperado en producciones similares: cine B destinado para la pequeña pantalla con toques eminentemente westerns (el enfrentamiento recuerda el de las típicas películas de indios y vaqueros), alguna estrella en su ocaso (Cornell Wilde), y alguna presencia habitual de la pequeña pantalla (la actriz Grayson Hall que sigue bebiendo más allá de Collinwood). El limitado presupuesto se evidencia en el toque naive de las Gárgolas, razón que no impidió que fuese premiada con un Emmy por dicha labor. 

 
Lo mejor son ciertas ideas que se apuntan aunque no se desarrollan: el origen de las citadas criaturas y su transfondo mitológico, su vinculación al pasado histórico de los nativos americanos, las ambiguas intenciones de la Gárgola con la hija del protagonista y el uso de la violencia por ambos bandos como arma para la supervivencia. La realización de Bill Norton, todo un experto en el medio (aunque este era su segundo trabajo) se mueve por los territorios de la corrección. No obstante, y a pesar de sus limitaciones "Gargoyles" (1972) es un trabajo singular dada la rareza de la amenaza que presenta. Años después, Victor Salva presentaría en el díptico "Jeppers Creepers", una efectiva evolución de estas criaturas. Bernie Casey encarnó al lider de las Gárgolas, un monstruo inteligente y especial, cuyo diseño nos recuerda a alguna de las creaciones del finado Ray Harryhausen. en pequeñospapeles destacar la presencia de Scott Glenn y Jenniffer Salt, hija del represariado guionista Waldo Salt.

jueves, 29 de mayo de 2014

BERNIE CASEY: BLACK CHARIOT (1971)


Uno de los títulos más oscuros de la filmografía de Bernie Casey es esta insólita producción independiente actualmente invisible y situada en el resbaladizo territorio de obras desaparecidas. Black Chariot (1971) fue escrita y dirigida por Robert L. Goodwin. Su idea era sacar adelante una película donde las ideas reales de la población afroamericana fueran desarrolladas de manera auténtica y sin cortapisas. Para ello creó una pequeña compañía e ideó un programa de financiación (un crow-funding de la época) que fue respaldado por amigos y gente de color. Su presupuesto no superó los 44.000 dolares*. El filme en cuestión se centraba en un grupo de militantes negros que sufren la traición de uno de sus miembros. La película tuvo un escaso recorrido en cartelera y desapareció sin dejar rastro alguno. Goodwin anunció un segundo título dentro de su compañía, "Roscoe" pero el proyecto no salió adelante.

*Howard, Josiah  "Blaxploitation Cinema". Fab Press, 2008. Pg. 93

miércoles, 28 de mayo de 2014

BERNIE CASEY: PAINTINGS (4)






BERNIE CASEY: PAINTINGS (3)






BERNIE CASEY: PAINTINGS (2)







BERNIE CASEY: PAINTINGS




Bernie Casey ha escrito varios libros donde ha integrado sus pinturas con creaciones poéticas. En 1969 publica "Look at the People: Poems and Paintings" al que siguieron "Where is the Revolution and Other Poems" (1973) y una década después "Silent Screams" (1983). Su trabajo pictórico se ha podido conocer en una treintena de exposiciones y podemos destacar la portada del excelente disco de Nina Simone "Here comes the Sun" como uno de sus mayores logros en su labor artística.

martes, 27 de mayo de 2014

BERNIE CASEY

 Para Eduardo Alvarez Consul que lo sugirió.

Algunos actores quedan fijados en la retina sin que uno llegue a saber realmente el motivo. Es la magia de la pantalla. La superficie plana y sus mágicos influjos en el imaginario del espectador. No recuerdo bien cuando me encontré por primera vez con Bernie Casey. Sin embargo su presencia, mayor o menor en películas de todo pelaje, ha sido para mí siempre un aliciente. Este actor afroamericano de imponente físico y esforzadas aptitudes depara además singulares sorpresas en su recorrido vital.
De hecho, su faceta delante de las cámaras no debe resultar la que más le satisface aunque gracias a ella ha obtenido un importante reconocimiento. Como otros compañeros jugó en la NFL entre 1961 y 1968 lo que le sirvió de importante trampolín de cara al mundo de la pantalla. Por otro lado su faceta más desconocida es la de pintor y poeta obteniendo titulación universitaria en la materia y teniendo un amplio recorrido en la exposición de sus obras. El fútbol americano y el cine han sido el sustento económico para mantener su verdadera vocación como artista.
Bernard Terry Casey nace el 8 de Junio de 1939 en Wyco, una pequeña población minera de Virginia. La problemática situación económica del lugar hizo a la familia trasladarse a Columbus donde el actor desarrolló su formación académica. Pronto destacó por sus capacidades atléticas y especialmente por sus inmejorables aptitudes para la pintura. Gracias a una beca escolar puede acceder a la Universidad (La Bowling Green State University) en Ohio. Allí desarrolla su formación artística y avanza su crecimiento como jugador de fútbol americano convirtiéndose en figura clave del equipo.
Tras graduarse en 1961, inicia su etapa como profesional en la NFL pasando por dos equipos: los "San Francisco 49rs" (1961-1966) y Los "Angeles Rams" (1966-1968). Una época de éxito y esfuerzo en la que no olvida su inclinación artística. A finales de los sesenta abandona el deporte profesional y busca nuevos retos creativos. Es un momento en que el cine está desmontando todas las barreras sociales y muchas personas negras encuentran un hueco en el cine. De manera inesperada le llega esta oportunidad y en 1969, Bernie Casey debuta en la segunda secuela del mítico western "Los 7 magníficos" (1960, John Sturges): "La Furia de los 7 magníficos" (1969, Paul Wendkos).
A partir de entonces inicia su labor en el mundo de la pantalla en películas, telefilms y episodios de TV. De su trayectoria como actor es recordada especialmente su labor dentro del cine afroamericano de los 70. Su inconfudible semblante se puede apreciar en recordados títulos como Tic, Tic, Tic (1970), Polvora Negra (1972), Hitman (1972), Cleopatra Jones (1973), Cornbread, Earl and Me (1975), Dr. Black and Mr. Hyde (1975) o Brothers (1977). No podemos olvidar en esos años setenta su pequeño papel en el filme de Martin Scorsese "El tren de Bertha" (1972), su monstruoso rol en el telefilm de terror "Gargoyles" (1972) y su papel principal en el drama "Maurie" (1973, Daniel Mann). Además en 1971 produce un pequeño documental sobre sus ideas y su trabajo artístico: "Bernie Casey: Artist".

lunes, 26 de mayo de 2014

INNER CITY BLUES




INNER CITY BLUES: YAPHET KOTTO


El desenlace de esta estupenda serie cuenta como protagonista al temible Yaphet Kotto. Un gangster que vive a lo grande aunque sus negocios se mueven en el filo de la navaja. Himes, su impertérrito contable le dará un ultimatum. No hay tiempo, ni material, ni dinero, ni ética. Para sobrevivir tiene que saltar al vacío llevándose por medio a rivales y asalariados. Caiga quien caiga. La traición y la delación es la moneda de cambio. Arnold, Willie y Priest sufrirán las consecuencias.

Las reuniones se suceden. Los estudios de balances no tienen resultados. Las soluciones a corto plazo no son positivas. El robo es rapidamente castigado. Los pactos se rompen por diversas cuestiones. El hampa muestra su verdadera cara y la lealtad no existe. Todas las piezas del puzzle mostrado se acaban articulando. El intercambio entre Priest y Kotto que cerraba los anteriores volúmenes acaba desencadenando una mortal carnicería. Mafiosos y policías se ven envueltos en esta secuencia final orquestada por una pérfida serpiente. El orden se recupera. La hipocresía legal se impone. El final abierto es el esperado.


Para los amantes de la blaxploitation, Inner City Blues es un recomendable comic que recrea perfectamente las constantes del cine afroamericano de los setenta con una galería de personajes, lugares y elementos sonoros que conectan perfectamente con aquel momento. Publicada posteriormente en formato integral, fue precisamente esa edición la que editó Glenat en España dentro de la colección Pop Corn.  Una obra ideal para degustarla con buena música negra de fondo.

INNER CITY BLUES: PRIEST


Segunda volumen de la triada que configura Inner City Blues. El protagonista es Priest, traficante al que conocimos en el primer tomo y cuya fisonomía no deja lugar a dudas. Su salida de prisión es el desencadenante de los acontecimientos que se narran en esta obra. Priest es un tipo elegante, bravucón, sin miedo a sacar sus dos pistolas, bromea utilizando el aguijón y conoce el potencial de sus rivales. Un auténtico problema para todos. Sus asuntos y su sector durante la estancia en prisión lo ha gestionado Largo. Esta acción le ha llevado a crearse ciertas rencillas con algunos gangsters del comité como Yaphet Kotto o Ebony. 

Priest como el protagonista de "Superfly" (1972) es un personaje singular. Tiene diversos contactos, una buena amistad con Cassius (exboseador reciclado en mafioso que lidera el grupo) y un hermano (Raul) que ha creado una religión ficticia para forrarse y obtener cierto poder. Priest tiene un objetivo: recuperar su lugar cuanto antes para aliviar el tiempo perdido entre rejas. No todos aprueban esto y las rivalidades surgirán rapidamente. La muerte de Largo (vista en el anterior ejemplar) es el comienzo. 

Priest ajustará algunas cuentas pendientes. Mientras tanto conoceremos los verdaderos intereses de la religión de su hermano, la relación que le une a Cassius (aunque los negocios se interponen entre ellos), degustaremos de una mega menú supremo en "Fats", habrá tiempo para desfogarse con un par de regalitos, un combate de boxeo y alguna compra de arte para aparentar cierto caché. La situación comprometida de su rival Yaphet Kotto le permitirá hacer un negocio con él aparentemente beneficioso para ambos. Priest tiene la materia prima, Kotto algo de liquidez aunque las deudas le atenazan. No todo resultará como parece.


Como podemos apreciar la intesidad va creciendo y se nos van mostrando nuevos datos para el esperado desenlace. No falta la música, la violencia, el toque de chulería callejera y las botas de erotismo. "Priest" engrasa bien como episodio central y muestra a las claras las intenciones de sus principales protagonistas. Las sorpresas no faltarán.