jueves, 28 de julio de 2011

miércoles, 27 de julio de 2011

SAVOY BALLROOM: HARLEM


Inaugurado el 12 de marzo de 1926, el Savoy Ballroom ocupaba todo un bloque en la avenida Lennox entre las calles 140 y 141, en el corazón de Harlem. Su dueño era Moe Gale, un gangster judío que según las malas lenguas estaba vinculado a la organización de Capone aunque el club estaba gestionado por el afroamericano Charles Buchanan. El Savoy tenía un enorme salón de baile con capacidad para 4000 personas (está constatado que llegó a albergar incluso a 15000), dos escenarios para bandas lo que permitía que hubiese música de manera ininterrumpida, una imponente escalinata y un enorme gusto en la decoración de los muros. El suelo de madera de la sala de baile(conocida como "The Track") tenía que ser sustituido cada tres años. El local abría cinco días a la semana, su hora de cierre eran las 3 de la mañana aunque tambien se abría los dias de cierre para algún evento privado.


El Savoy fue uno de los pocos lugares que fomentó la integración siendo uno de los clubs pioneros en la cultura interracial: blancos y negros compartían espacio sin ningún tipo de obstáculo. El Savoy se hizo famoso por ser una de las cunas del Lindy Hop y por sus duelos de bandas musicales; ni que decir tiene que por allí pasó lo más granado del momento en lo que a música se refiere. La banda oficial de la casa fue desde 1931 la orquesta de Chick Webb, cuya vocalista era una jovencísima Ella Fitzgerald.


El Savoy cerró sus puertas en 1958. El edificio fue posteriormente demolido y hoy es recordado por una placa conmemorativa colocada en el 2002 en la Avenida Lennox. Sin embargo, su legado está vivo y es recordado en multiples lugares.


martes, 26 de julio de 2011

LOQUILANDIA (1941) IN BLACK: DANCE



Segundo y último post dedicado a este número musical de Loquilandia (1941), la delirante comedia de H.C. Potter al servicio de Olsen & Johnson, todo un precedente de las posteriores locuras a cargo de Landis y ZAZ. Este número corre a cargo de los Harlem Congaroo Dancers, una compañía nacida en 1935 como Whitey´s Lindy Hoppers, que contó en sus filas con gran diversidad de componentes y que aparecieron en numerosas producciones de Broadway y también en películas. La compañía tenía su base en el Savoy Ballroom, el mítico salón de baile situado en pleno Harlem donde surgió el Lindy Hop, de la que este grupo eran sus máximos exponentes. Otra de sus grandes apariciones cinematográficas tuvo lugar en la inolvidable Un día en las Carreras (1937), una de las obras maestras de los Marx.

lunes, 25 de julio de 2011

LOQUILANDIA (1941) IN BLACK: MUSIC


Viendo este pasado sábado Loquilandia (1941) el enloquecido musical de Olsen & Johnson (para los nonatos pareja de cómicos de gran éxito en su momento, cuyas filigranas fílmicas no están muy alejadas de las locuras Marxistas) me encuentro con este excelente número de swing, que comienza como improvisada pieza musical y acaba como un soberbio número de baile (Lindy Hop). Comenzamos con las capturas instrumentales aunque podeis verlo integramente aquí.

jueves, 14 de julio de 2011

IN THE ELECTRIC MIST (2009)


Estrenada con evidente retraso y con pocas expectativas comerciales, En el centro de la tormenta (2009) es el regreso del cineasta galo Bertrand Tavernier a territorio norteamericano. El film adapta una novela negra del escritor James Lee Burke donde se dan cita crimenes brutales, maniacos sexuales, racismo, fantasmas de la Guerra Civil, ambiente cajun, el mundo del cine y mafiosos aficionados al sexo y al juego. No siempre el camino más directo para llegar a la verdad es la línea recta y esta película lo demuestra. Rescato una estimable escena entre Tommy Lee Jones y Buddy Guy.


Hogman Patin asesinó a cuchilladas y a plena luz del día a un cobrador del seguro de entierros blanco que se acostaba con su mujer. Cumplió 17 años en Angola. Tuvo un montón de peleas. Le castigaron metiéndole en hormigueros y en cajas hechas de hierro fundido. Le llevó a la salvación un predicador baptista en Baton Rouge. Hogman me caía bien.

No me gusta tener nada que ver con

los asuntos de los blancos

pero me preocupa lo que

le han hecho a esa chica.


Hablé con ella como dos horas

antes de que se fuera del local.

Me dijo: “Hogman, en mi próxima

vida, tu y yo nos casaremos”.

Yo le dije: “querida, no dejes que esos hombres te traten mal nunca”.

Ella me dijo: “voy a comprarme una casa en el lago Pontchartrain”.

¿Salía con alguien de New Orleans?

Probablemente algún chulo de mierda le dijera que era especial, que era muy guapa.

Y entonces apareció muerta.

¿Estás metido en lo de ese

esqueleto que han encontrado en el pantano Atchafalaya?

¿Cómo te has enterado?

Cuando alguien encuentra un hombre negro

muerto, los negros siempre se enteran.

Te escucho.

Un arrendajo azul nunca se mete

en el nido de un ruiseñor porque

el ruiseñor siempre le dará una paliza.

¿De qué estamos hablando, Sam?

Estoy hablando de un hombre negro...

No, no es correcto. Mejor dicho. Estoy hablando de un negro que tenía un lío con una mujer blanca para cuyo marido trabajaba.

Creo que los huesos que descubriste en la arena eran suyos.

¿Como se llamaba?

¿Que más da como se llamaba?

Quizás recibiera lo que andaba buscando.

Lo pasado, pasado está.

Y mejor dejarlo tranquilo.

¿Me estás advirtiendo?

¿Como se llamaba la mujer blanca?

Tengo que poner las judías en el fuego.

Hogman que tenía miedo de pocas cosas en el mundo parecía asustado.

Me había advertido debido al descubrimiento del hombre linchado.

Para él, estos hechos seguían vivos en una vergüenza colectiva sin perdón posible.

Y los implicados también seguían vivos y podían hacerle daño.

viernes, 8 de julio de 2011

ACCION JACKSON (1988)



¡Que bien lo pasábamos en los ochenta! En aquella escena, casi mítica de Depredador en la que Schwarzy y Apolo estrechaban los brazos en un pulso al límite de lo permitido, se hacía evidente que Carl Weathers merecía su oportunidad en solitario. Los muchos años de sparring de Rocky amén de ser presencia habitual en series de TV y en todo tipo de películas desde mediados de los 70, habían curtido a esta antigua estrella de fútbol americano para poder dar el salto como cabeza de cartel. Y eso lo vió claramente el bueno de Joel Silver, productor lumbrera donde los haya (de Walter Hill a los Wachowski, pasando por Donner y cia) que montó un vehiculo para el actor, reviviendo la fenecida moda del cine blaxploitation.


Eso sí, los tiempos eran distintos: culto al músculo anabolizado, a la acción gratuita, al esquematismo narrativo en su máxima potencia (y vinieron aún tiempos peores), al chiste fácil, al mamporro como figura de estilo y con pocas coartadas ideológicas. Al invento lo llamaron Acción Jackson (1988) y el resultado...no lo disfrutamos tanto en su momento como ahora (¿por qué será?).


El sargento Jericho Jackson, más conocido como Acción (sic), es un poli duro (suele ir sin armas) que trabaja en Detroit en una de esas comisarías que solo salen en las películas: ambiente de hora punta, jefe gritando, gente llevando archivos de un lado a otro sin saber muy bien a donde van, chistes al por mayor, putas decorando el local, algún borracho en una esquina....En la ciudad hay un tipo peligroso, con dinero y poder para más señas que responde al nombre de Peter Delaplane (el imprescindible Craig T. Nelson), típico villano conspirador que esta limpiando la ciudad con fines políticos. En el pasado, Jericho ya tuvo un problema con él, concretamente con su hijo, lo que le costó ser degradado. Ah, se me olvidaba, decorando la función Sharon Stone, como mala despechada y Vanity, que canta y se mueve entre los decorados (lo de actuar, vamos a dejarlo: fue nominada al razzie a peor actriz ese año).


Acción Jackson (1988) es un policiaco ochentero al borde de la parodia, lo que la convierte en un espectáculo flojo pero simpático. Nada parece estar tomado en serio, aunque lo que se muestra en pantalla tiene todos los visos de serlo. Craig R. Baxley, un curtido especialista y experto a la postre en cine de acción B, había aprendido los mimbres realizando casi una decena de episodios del Equipo A y eso se nota en esta película. Ritmo endiablado, humor bajo mínimos pero resultón, espectaculares set pieces de acción (coches volando, of course), explosiones inacabables, peleas barriobajeras, secundarios de porte (Bill Duke y Robert Davi, habituales de la factoría) y una secuencia final digna de ser revivida en cualquier fiesta de nochevieja venidera.


Hay que reconocerle a Silver que sus producciones funcionan (o funcionaban), y que su idea del espectáculo flamboyant pocas veces se le va de las manos (bueno, cuando intenta imitar a Bruckheimer y cia pero esa es otra historia). Pero Acción Jackson no cuajó, no hubo secuelas y no se pudo levantar franquicia; quizás por que este miniblockbuster era pieza ideal para disfrutar en los cines de sesión continua o en el formato domestico que como estreno revienta-taquillas (como Red Scorpion, Punisher, Masters del universo, Dark Angel...).


Silver lo intentó nuevamente con la simpática Pasajero 57 (todo hay que decirlo con mayor fortuna) y Carl Weathers se fue hasta Australia para encarnar a un tipo no muy distinto del bueno de Jericho Jackson, de nombre Billy Huracán Smith, que desafortunadamente también careció de descendencia fílmica.