El debut cinematográfico de Bernie Casey tuvo lugar en la segunda secuela de "Los 7 Magníficos" (1960, John Sturges). Supone un personaje singular: es el único afroamericano que será reclutado por Chris a lo largo de la saga (el serial televisivo de los 90 tendrá este hecho en cuenta). Incluso el trailer recalca esta particularidad destacando algo más su presencia: sudoroso, dinamitando una montaña y defendiéndose con fuerza frente a uno de sus compañeros. "Guns of the magnificent seven/La Furia de los 7 magníficos" (1969, Paul Wendkos) desarrolla la fórmula ideada con discreción. Maneja un competente reparto, situa la acción en un escenario ya conocido y plantea la misma ética que sus predecesores. Un puñado de pistoleros son reclutados para rescatar a un lider político encerrado en una prisión mexicana (uno de los personajes es un adolescente Emiliano Zapata) donde las tropas gubernamentales castigan duramente al pueblo llano y los rebeldes hacen su guerra particular sin implicarse demasiado en la lucha.
La limitada diversidad de sus personajes es dependiente de los actores que los caracterizan. A pesar de la ausencia de Yul Brynner y lejos del primer título, reconozcamos su efectividad y profesionalidad. A George Kennedy, James Whitmore o Joe Don Baker basta colocarles delante de una cámara para demostrar su valía. El primero encarna a un Chris que ha abandonado la calvicie pero luciendo todo su empaque; el segundo mezcla características de los recordados Bernardo (Charles Bronson) y Britt (James Coburn) con su habitual actitud paternal; y el tercero personifica a un renegado pistolero sureño, manco y algo tarado, con ecos del finado Lee (Robert Vaughn). Monte Markhan revive una variación de Vin Tanner (Steve McQueen): no tendrá su misma suerte a pesar de su dinamismo saltimbanqui. La parte mexicana viene representada por el bilingüe y elocuente Max (Reni Santoni) y el oscuro Scott Thomas encarna a un personaje tan misterioso como su nombre: P.J. .
Bernie Casey da vida al atlético Cassie. Al verle podemos intuir rapidamente su pasado. Es presentado en una mina donde un acto de valor es contestado con racismo y desprecio. Su rol aunque limitado es destacable. Es el primero en caer si bien ya le hemos visto varias veces en acción y desarrollar una curiosa relación de amistad con el sureño Slater. Es un personaje arquetípico fiel reflejo del momento de cambio que vivía el cine americano y no muy diferente a los representados por Jim Brown en producciones similares.
Como se puede apreciar por lo escrito, un western correcto sin excesivas novedades, arquetípico pero bien narrado y dotando a sus escenas de acción del ritmo adecuado. Wendkos utiliza bien el formato panorámico y cumple con esmerada eficiencia el nada complaciente cometido de la repetición de esquemas. Rodada en España, cuenta con el aliciente de tener en el reparto actores conocidos
por estos lares como Fernando Rey (su segunda aparción en la serie),
Sancho Gracia o el entrañable George Rigaud. La parte musical cuenta de nuevo con la batuta del gran Elmer Bernstein acompañando con estilo épico
las cabalgadas de nuestros héroes. Posiblemente sea la mejor de las tres continuaciones del filme original.
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