sábado, 31 de enero de 2009

FRED WILLIAMSON: EL MARTILLO NEGRO (V)

4.- Enter the Hammer


Gangsters, vaqueros, detectives, expolicías….en una palabra hombres de acción. Fred Williamson lo tuvo claro desde el principio y su papel dentro del mundo del cine fue encarnar al auténtico Black Action Hero. Figura simbólica, de imponente físico enfrentado de manera constante al Hombre, que animaba a una raza en minoria y degradada, a luchar constantemente por sus ideas y principios. Realmente, su imagen fue utilizada de manera mercantil por todo tipo de productores en su mayoría blancos, para sacar grandes beneficios de las clases más desfavorecidas aprovechando una moda que duró apenas un lustro. Sin embargo, Williamson intentó mantener en todas sus propuestas el elemento reivindicativo aunque en muchas ocasiones el producto filmado fuese dirigido a la gran mayoría.

Ya en una de sus primeras peliculas como protagonista Hammer (1972), encarnaba a un estibador que se convierte en luchador profesional gracias a sus conexiones con la mafia, que controlará todos sus pasos. Este drama de ambiente boxístico se adelantaba unos años a la fiebre Rocky y ya colocaba a los mobsters blancos en el lado enemigo, algo habitual en las producciones del protagonista de Boss Nigger. En el reparto ya estaban habituales del subgénero como Vonetta Mcgee o D´Urville Martin, y de la dirección se ocupó Bruce D. Clark, un asiduo al cine B, que años después filmaría la psicotronía espacial La galaxia del terror (1980).

Bolt, agente secreto (1973), dirigida por el veterano Henry Levin, se acercaba al siempre atractivo mundo de las spy movies, en una enrevesada trama turística entre Las Vegas y Hong Kong, en la que no faltaban artes marciales, números musicales, persecuciones automovilísticas, elementos cómicos y algún que otro desnudo para animar la función. Williamson encarnaba a un émulo de 007 que debe transportar un maletín repleto de dinero y es perseguido constantemente por todo tipo de mafiosos; sin embargo, la escasa repercusión del film impidió nuevas aventuras del personaje. El guión corrió a cargo de Charles Johnson, guionista también de la citada Hammer (1972), y de otras blaxploitation como Slaughter´s Big Rip-off (1973), Mean Muthers (1974) o Monkey Hu$tle (1976).

En Bucktown (1975), otro de sus pequeños hits, el actor de color formaba pareja con Pam Grier, un envidiable reclamo para las taquillas de entonces. La película, con sospechosos parecidos con Polvora Negra (1972), es una típica historia de venganza, con un hombre que tras regresar a su pueblo para enterrar a su hermano, se tiene que hacer cargo del club que regentaba el fallecido y logrará, ayudado por viejos amigos, desenmascarar la trama de corrupción policial que le llevó a la tumba. De nuevo, el racismo estaba detrás de muchos de los acontecimientos que acontecen a lo largo del metraje. Distribuida por la A.I.P., la película fue dirigida por Arthur Marks, un cineasta bastante gris, que por esos años se prodigó en el subgénero en títulos conocidos: Detroit 9000 (1975), J.D.´s Revenge (1976), Friday Foster (1975) y The Monkey Hu$tle (1976).

miércoles, 28 de enero de 2009

FRED WILLIAMSON: EL MARTILLO NEGRO (IV)

3.-Harlem va al oeste


En los años 30, Gene Autry y Roy Rogers llenaban los cines con sus westerns musicales repletos de canciones, caballos, salones y aventuras. El cantante afroamericano de jazz Herbert Jeffries quiso emularles y convenció a algunos incautos a producir películas similares, protagonizadas por él y donde podía desplegar sus composiciones más country. Jefffries interpretó cuatro títulos a lo largo de los años 30, en los que además llegó a coescribir, montar e incluso ocuparse de la música. A finales de 1936, se estrenaba Harlem on the Prairie, que fue seguida por Two gun man from Harlem (1937), Harlem rides the range (1937), The Bronze Buckaroo (1938) y un quinto film que quedó inconcluso. Estos son los primeros ejemplos de western negro que se conservan, algunos de cuyos fragmentos fueron utilizados por Mario Van Peebles en Posse (1993).


Fred Williamson sin las pretensiones de emular a los míticos cowboys cantantes desenfundó las pistolas en seis títulos a lo largo de los 70 en los que el componente racial no quedaba reducido al mero estereotipo. Así, en su encarnación de Nigger Charley interpreta a un esclavo huído que solo busca encontrar la libertad en el viejo oeste y es acechado junto a dos amigos por una partida de pistoleros blancos que les persiguen impunemente. Eran los años del revisionismo histórico y del western denuncia y estos films son claros ejemplos de esta corriente. Dirigida por Martin Goldman, La Leyenda de Nigger Charley (1972) fue una de las películas más taquilleras de la Paramount ese año, y su éxito generó una secuela The Soul of Nigger Charley (1973). Esta última, a diferencia de la anterior que estaba ambientada en los años previos de la guerra civil, transcurría en pleno conflicto bélico donde Charley y su amigo Toby (encarnado en ambos films por D´Urville Martin) intentan liberar a un grupo de esclavos capturados por un coronel sureño. La película fue dirigida por Larry Spangler, productor de ambas películas que volvió a repetir con Williamson en un tercer western: Joshua (1976).


Jack Arnold, uno de los nombres fundamentales del cine de serie B norteamericano de los años 50, dirigió en el crepúsculo de su carrera a Fred Williamson en dos películas. Por un lado, en el policiaco Black Eye (1974), en el que el actor de color encarnaba a Stone, un detective envuelto en una oscura trama en la que no faltan las drogas, los asesinatos y el mundo del cine porno. La experiencia les gusto y repitieron en Boss Nigger (1975), un nuevo western en el que Williamson de nuevo emparejado con D´Urville Martin, encarnan a una pareja de cazarecompensas que imparten su ley en una ciudad de mayoria blanca en el lejano oeste mientras intentan atrapar a un peligroso forajido. En el reparto sobresalen los siempre torvos R.G. Armstrong y William Smith.


Finalmente, y junto al insólito western italoamericano Por la senda más dura (1975), segundo encuentro del black-pack rodado esta vez en tierras españolas, cabe mencionar Adios Amigo (1976) incursión comica en el lejano oeste escrita, producida, dirigida y protagonizada por el propio Williamson, acompañado para la ocasión por el finado Richard Pryor. La película cuenta las desventuras de una pareja de desastrados forajidos y sus intentos por dar el golpe perfecto, y supuso uno de los primeros trabajos de Po´Boy Productions compañía creada por el propio actor un año antes. La compañía también produjo el citado Joshua (1976), típica historia de venganza familiar, con reminiscencias del eurowestern, encarnada aquí por un soldado negro que a su regreso de la guerra averigua que su madre ha sido asesinada por una banda de facinerosos blancos. La película conocida también como Black Rider, contó con un guión escrito por el propio actor y en un pequeño papel nos encontramos a la actriz mexicana Isela Vega.

lunes, 26 de enero de 2009

FRED WILLIAMSON : EL MARTILLO NEGRO (III)

2.- Infierno en Harlem


El éxito del primer film sobre Tommy Gibbs exigió una rápida continuación con el mismo equipo. La A.I.P. volvió a respaldar el proyecto y así se comenzó a rodar Hell up in Harlem, sin un guión establecido y con varios inconvenientes que fueron resueltos sobre la marcha. Por un lado, había que resucitar al personaje central tiroteado al final de Black Caesar, y abandonado a su suerte en un desolado solar. Por otro lado, Fred Williamson no estaba disponible ya que estaba rodando en esas mismas fechas una película para Universal. Y al mismo tiempo, para liar aún más las cosas, Larry Cohen estaba rodando otra película, Estoy Vivo.

Sin embargo, el director de Demon, resolvió todos estos escollos con su particular filosofía cinematográfica. Resucitar a Tommy Gibbs fue fácil con una serie de trucos de guión. Con Fred Williamson se rodó los fines de semana, siendo sustituido por un doble durante el rodaje semanal, y disimulando sus ausencias dando mas papel al personaje de su padre (un estupendo Julius Harris), auténtico protagonista de la primera mitad de la secuela. Lo de simultanear rodajes era fácil para alguien acostumbrado al cine guerrilla. Cohen rodaba mucho, barato y deprisa, en ocasiones rozando el caos, sin planning previo ni productor, sin pedir permisos de rodaje e incluso sin informar al estudio de lo que estaba haciendo. Esto se aprecia claramente en muchas escenas callejeras o en las escenas del aeropuerto, rodadas ante la cara de perplejidad de much@s viandantes sorprendidos con lo que estaba sucediendo a su alrededor.


Todos estos desfases se aprecian en Hell up in Harlem (1973), delirante prolongación de la película original, repleta de tiroteos y escenas violentas, situaciones gratuitas, algún que otro desnudo, enfrentamientos raciales, black fashion, explosiones y simuladas situaciones dramáticas para dar algo de empaque al producto final. Pese a todo, el resultado aunque muy inferior al original es francamente disfrutable, especialmente por los constantes giros argumentales con los que Cohen va tapando los constantes agujeros de guión.


La banda sonora volvió a ser excelente aunque no corrió a cargo de James Brown, cuyo score fue rechazado por Cohen (este material descartado pasó a formar parte de su mítico album “The Payback”). La música corrió a cargo del tandem Mizell & Perren con Edwin Starr poniendo su voz a excelentes temas como Easin´in, Big Papa, Ain´t it hell in Harlem o la maravillosa Like we used to do.

viernes, 23 de enero de 2009

FRED WILLIAMSON: EL MARTILLO NEGRO (II)

1.- El ascenso y caída de Tommy Gibbs


Larry Cohen escribió un argumento para un posible proyecto para Sammy Davis Jr., a petición de su manager. El guión no le gustó al cantante así que el director se lo guardó para una mejor ocasión. Después de realizar Bone, Sam Arkoff contrató a Cohen para hacer algunas películas de acción para el público de color ante la fuerte demanda que vivía el mercado en ese momento. Cohen ofreció al director de la A.I.P. el citado proyecto, que aceptó rapidamente y cuyo trato se cerró contratando a Fred Williamson para el papel protagonista.


Black Caesar / El Padrino de Harlem (1973) no era la típica blaxploitation de la época ni tampoco una copia barata del film de Coppola. Cohen actualizó el viejo clásico de Melvyn Le Roy, “Hampa Dorada” (1930), llevándolo a los barrios marginales afroamericanos pero sin ensalzar a su protagonista, un gangster negro en la línea de Bumpy Johnson o Frank Lucas, que en su ascenso al poder acaba perdiendo el imperio que ha creado. Tommy Gibbs es un afroamericano que solo quiere hacer real el sueño americano, una quimera creada por el poder blanco que lógicamente no está a su alcance. El personaje perfectamente incorporado por Williamson es descrito desde sus orígenes como limpiabotas en su infancia hasta su posterior progreso, que le lleva a controlar la mayor parte de Harlem.


El guión de Cohen no olvida los punzantes comentarios raciales: Gibbs consigue dar el salto gracias a que consigue un libro de cuentas donde aparecen especificados todos los sobornos a políticos y policías blancos de Nueva York.Y, en uno de los momentos más recordados de la película, el gangster golpea al racista policía Mckinney con la caja de limpiabotas y le obliga a cantar “Mamy” como Al Johnson, tras embadurnarle la cara con betún.


Harlem aparece mostrado en su total pobreza urbana, un barrio que se une para defenderse de los dueños de los negocios sucios y los criminales blancos que les extorsionan, pero que no duda en impartir justicia urbana con uno de los suyos si ha cruzado el límite establecido. Cohen como en otros títulos de su filmografía plantea muchas ideas que no acaba de desarrollar, alternando efectividad y tosquedad fiel a su estilo de cine-guerrilla. De la estupenda banda sonora se ocupó el inolvidable James Brown y en el reparto aparecen algunos rostros conocidos del subgénero como Gloria Hendry, D´Urville Martin, Julius Harris o Don Pedro Colley.

jueves, 22 de enero de 2009

FRED WILLIAMSON: EL MARTILLO NEGRO

Es llamativo que Larry Cohen, uno de los nombres más interesantes de la moderna serie B americana, iniciase su trayectoria como director, con una serie de vigorosos títulos blaxploiters, que hoy en día deben ser considerados entre lo más interesante del cine afroamericano. Aparte de la extraña e irónica Bone/Housewife/Dial rat for terror/Nido de ratas (1972), tragicomedia en clave social protagonizada por el gran Yaphet Kotto, Cohen facturó Black Caesar/ El Padrino de Harlem (1973), uno de los títulos más representativos del subgénero que llevó al estrellato a su protagonista, Mr. Fred Williamson.

Este ex-jugador profesional de fútbol americano, dejo la empresa de arquitectura que había montado en Montreal para introducirse en el mundo del cine. Después de un breve paso por la TV en algún capitulo de series como “Ironside”, “Star Trek”, “MASH” o “Julia”, Williamson tiene la oportunidad de saltar a la gran pantalla ante la fuerte demanda de películas de género protagonizadas por actores de color. Su look duro y atractivo le convirtieron en auténtico estandarte del la blaxploitation, trabajando en una veintena títulos a lo largo de toda la década de los setenta, lo que le llevó a conseguir una enorme popularidad entre el público de la época. Además, The Hammer, asumió nuevos retos pasando a dirigir y producir sus películas lo que hizo que fuese uno de los escasos actores de color que pudo continuar trabajando con asiduidad una vez finiquitada la blaxploitation.


Este auténtico tough guy, con pistola y puro en mano, impuso su ley en westerns y action-movies de bajo presupuesto, con cierto gusto por encarnar a una serie de personajes que en ocasiones, repetía con una cierta asiduidad: el forajido Nigger Charley, el mafioso Tommy Gibbs, el detective (y algo más) Jesse Crowder, el lt. Robert Malone, el inspector Dakota “Dak” Smith…


Sus películas, en muchos casos limitadas por carencias de todo tipo, sirvieron para mantener aunque de manera muy residual un cine de género protagonizado por actores de color enfrentados una y otra vez al sistema que les mantiene oprimidos, y que han logrado de diversas maneras y formatos, llegar hasta nuestros días.

martes, 20 de enero de 2009

COBRA NERA (1987)


En una parte de América, una banda de criminales exaltados y sanguinarios lleva más de un mes aterrorizando a un condado. El capitán Walter destina al expeditivo Robert Malone, un policía de armas tomar, para que proteja a Elys, testigo ocular en uno de los asaltos del siniestro gang. Malone impide en un hospital que Snake, el líder de la banda y sus hombres acaben con ella. Pero la amenaza y los actos de vandalismo prosiguen……

Fenecida la blaxploitation, muchos de sus máximos implicados se vieron abocados a un triste devenir. En muchos casos, sus apariciones fílmicas se fueron espaciando en el tiempo o fueron adoptando roles muy secundarios en todo tipo de producciones. Otros tuvieron que dejar el cine ante la escasez de proyectos que se les ofrecían. El caso de Fred Williamson es sin duda alguna especial. El actor, se reconvirtió a mediados de los 70, en director, guionista y productor de sus propias películas, y no le hizo ascos a las llamadas de otras cinematografías como la italiana, con la que colaboró ampliamente en los años 80.


Siempre atenta a los éxitos del mercado internacional, la industria italiana de género se fue cavando su propia tumba con títulos como "Black Cobra", plagio latino en clave negra del éxito de taquilla del oscuro tandem Stallone-Pan Cosmatos. La fotocopia se desarrolla durante un pesado metraje a ritmo de sintetizador, con stock-footage disimulando pobremente el rodaje transalpino, alargado con escenas de acción y replicas insustanciales, que repiten punto por punto (gato incluido), las aventuras del nada pusilánime Marion Cobretti, “Cobra” para la galería, e incluso hacen bueno al modelo original.

El resultado roza el ridículo en múltiples ocasiones, no solo por la palpable falta de presupuesto, sino por la evidente atonía narrativa que le imprime Stelvio Massi, antaño uno de los más profusos cultivadores del poliziesco all´italiana y quizás conciente del imposible desaguisado en el que estaba inmerso.

El negocio no debió de ir muy mal. Fred Williamson, volvió a encarnar al personaje en un par de secuelas (la segunda de ellas como miembro de la Delta Force….) y en un, llamémoslo de alguna forma, spin-off, de título poco original: “Detective Malone”.

lunes, 29 de diciembre de 2008

JIM KELLY. "EL SAMURAI NEGRO" (y III)

El resto de películas que componen su filmografía son títulos mucho menos conocidos y de presupuestos muy bajos. En "Hot Potato" (1976) Kelly encarnaba a Jones, un experto en artes marciales que intenta rescatar a la hija de un embajador que ha sido secuestrada en Tailandia. El film fue escrito y dirigido por Oscar Williams, el guionista de "Cinturón negro" y se da la casualidad de que el mismo guión sirvió de inspiración para un título posterior dirigido por Robert Clouse "Los cinco invencibles" (1981).

Al Adamson, uno de los grandes realizadores de la serie Z que murió asesinado hace unos años, dirigió a Kelly en un par de ocasiones. Adamson ya había transitado tanto la Blaxploitation (la desconocida "Dinamite Brothers") como el cine de artes marciales ("Black Heat"). Su primera colaboración con Kelly fue "Black Samurai" (1976) una delirante trama repleta de luchas, esclavos y magia vudú en la que el karateka negro se ocupaba de rescatar a la novia de un millonario que había sido secuestrada por un temible traficante de drogas. En el otro film "Death dimension" (1978), Kelly se veía las caras con el ex 007 George Lazenby e interpretaba a Ash, un detective que protegía a una mujer, la cual poseía el secreto para paralizar una bomba que congelaba a la gente hasta la muerte; lógicamente, el artefacto estaba en manos de un peligroso criminal. Cine Z disfrutable en dosis pequeñas.

El otro título que aparece en su filmografía es "The tattoo conection/Hong Kong conection/ Black belt Jones 2" (1978) triple denominación para una hong kong movie en la que interpretaba a un exigente de la CIA que debía recuperar un inapreciable diamante misteriosamente desaparecido.
Al igual que otros actores y actrices que frecuentaron la Blaxploitation, la imagen del samurai negro fue rentabilizada por el mundo del comic. Si Jim Brown sirvió de modelo para personajes tan populares como Powerman o Blade y Pam Grier hizo lo mismo para la capitana Marvel y la villana Night Shade, el propio Jim Kelly fue la base de "Los Hijos del Tigre" un popular comic setentero de artes marciales que fue fiel reflejo de la repercusión que tuvo el primer karateka negro en las pantallas cinematográficas.

domingo, 28 de diciembre de 2008

JIM KELLY. "EL SAMURAI NEGRO" (II)

La película más popular de Kelly es "Cinturón negro/Black Belt Jones" (1974) su encuentro con el director Robert Clouse y el productor Fred Weintraub. El film era un vehículo para su total lucimiento y en él pudo emplear toda su artillería marcial. "Cinturón negro" narraba la historia de una escuela de kárate situada en Harlem que esta siendo amenazada por un gang de mafiosos blancos. El asesinato de su dueño provocará la llegada de Black Belt Jones que defenderá la supervivencia de la escuela luchando a muerte contra los gangsters. Robert Clouse, consciente de que la blaxploitation daba sus últimos coletazos, dio al film un tono ligero y humorístico, que impedía que la historia fuese tomada muy en serio. La sucesión de escenas de acción, no evitaba sin embargo la aparición de ciertos detalles como las tensiones entre militantes negros y traficantes o la importancia que se da al kárate dentro de la cultura afroamericana. Negros muy buenos, blancos muy malos, espectaculares combates, personajes arquetípicos, en definitiva cine de acción en clave comic precursor del esplendor de los 90. Y eso sin olvidar su banda sonora, cuyo tema central es uno de los grandes éxitos del subgénero. "Cinturón negro" al igual que títulos como "Superfly" (1972) y "Cleopatra Jones" (1973) fueron los intentos de la compañía Warner por rentabilizar la fiebre blaxploiter.


Robert Clouse repitió con Kelly en "Alfileres de Oro" (1974) un film repleto de acción y artes marciales en el que estuvo acompañado por el orondo Joe Don Baker. La delirante trama enfrentaba a varios grupos rivales que intentaban hacerse con el control de una estatuilla china, que guardaba unos alfileres muy especiales: colocados de manera correcta en un hombre le daban una capacidad supersexual pero colocados incorrectamente le mataban. Por si alguien se aburría, veteranos de la talla de Ann Sothern y Burguess Meredith se dedicaban a animar la función.

Alguien tuvo la genial idea de agrupar a las principales estrellas del cine de acción afroamericano en una película para auténtico deleite de sus fans, originándose un autentico "rat pack" en versión negra. Jim "Slaughter" Brown, Fred "The Hammer" Williamson y Jim "Dragón" Kelly protagonizaron "Three the hard way" (1974), expeditivamente llamada en España "Los Demoledores", que fue dirigida por Gordon Parks Jr, uno de los directores más característicos de la modalidad. El trío de oro aunaba sus fuerzas para detener a un peligroso demente nazi que planea exterminar la raza negra, utilizando un veneno ocultado en el agua. Lo esperado: diversión asegurada, acción a raudales, buena química entre los protagonistas y las canciones de "Los Impressions" convirtieron el film en un éxito. Lo inesperado: uno de los films más prescindibles y anodinos de la blaxploitation, donde lo único salvable son las esporádicas apariciones de Kelly.

Al año siguiente, los tres amigos repiten con un western "Por la senda más dura/Take a hard ride", una exótica producción USA rodada en las Islas Canarias. Los tres actores intentaron imponer la presencia de un director de color pero la Twenty Century Fox se opuso; el asunto se zanjó contratando a un director italiano Anthony Dawson (Antonio Margueritti para los amigos), uno de los clásicos de la serie B europea, que acababa de rodar "El kárate, el colt y el impostor" (1975) delirante mezcla de euro-western, cine de artes marciales y gotas de comedia gruesa. "Por la senda más dura" juega a ser un híbrido de western clásico y europeo, mezclado con escenas de artes marciales y andanadas de denuncia social. El inolvidable Lee Van Cleef, interpreta a un peculiar cazarecompensas que intenta apoderarse de una importante suma de dinero que escolta nuestro trío de color. Viejas glorias del cine como Dana Andrews, Barry Sullivan o Harry Carey Jr se dejan ver en esta auténtica rareza, algo superior a otros western protagonizados por actores negros. La presencia de Kelly volvía a ser muy inferior, sin embargo su personaje destacaba curiosamente sobre el resto. Para amplificar aún más su condición de rareza, hay que señalar que su banda sonora corrió a cargo de Jerry Goldsmith.

La última reunión del "Black Pack" tuvo lugar en 1983 cuando el samurai negro había abandonado el cine y la "blaxploitation" había pasado a mejor vida. Fred Williamson reagrupó al trío en "One down, two to go" que contó además con la presencia de Richard "Shaft"Roundtree. En esta ocasión, Kelly interpretaba a un entrenador que descubre que los combates en un importante torneo de kárate han sido amañados contra él. Dos amigos de California, acuden en su ayuda y empezarán a repartir mamporros a diestro y siniestro, hasta descubrir quien está detrás de todo. La película era un vehículo para Williamson y Brown (al igual que los anteriores films) y tanto Roundtree como Kelly disfrutaron de apariciones esporádicas.

sábado, 27 de diciembre de 2008

JIM KELLY. "EL SAMURAI NEGRO" (I)


El éxito de Bruce Lee y el cine de artes marciales en los años 70 propició el lanzamiento de nuevas estrellas de efímera existencia. Este es el caso de Jim Kelly, el "samurai negro", versión black del ídolo oriental que protagonizó varias producciones de bajo presupuesto cuyo máximo reclamo eran los combates y donde el actor afroamericano demostraba sus grandes habilidades.
Aunque nació en Paris, Kentucky, Kelly creció en pleno Harlem. Atleta consumado, desde muy pequeño se vio atraído por todo tipo de deportes que le permitieron desarrollar su impresionante físico. El baloncesto, la natación, el fútbol americano o el boxeo fueron algunas de las actividades que ejerció antes de especializarse en el mundo del kárate. En 1971 consigue el campeonato mundial de los pesos pesados en esta modalidad lo que hizo que Hollywood, gracias a la fiebre "blaxploiter" se fijase en él.
De esa manera el "samurai negro" entró a formar parte del reconocible star-system de la blaxploitation setentera con actores y actrices como Richard Roundtree, Jim Brown, Fred Williamson, Ron O´Neal, Antonio Fargas, Pam Grier, Tamara Dobson o Gloria Hendry. Como muchos de estos artistas su carrera entró en declive rápidamente, no solo por la rápida decadencia del subgénero blaxploiter sino también por la fuerte personalidad del actor. Kelly era activista de los grupos vinculados al "Black power" y siempre se vió como un luchador en defensa de los derechos de la raza negra. Las imposiciones que exigía en los rodajes y sus ideas políticas le dieron fama de actor difícil y problemático, lo que perjudicó notoriamente su trayectoria cinematográfica. A comienzo de los años 80, el actor de color abandonó el mundo del cine y durante algunos años se dedicó a la práctica deportiva del tenis.

En los últimos años, Kelly ha regresado a las artes marciales buscando el reconocimiento que a muchos de estos actores se les ha negado y, quien sabe, esperando a que algún día Quentin Tarantino llame a su puerta.

CAPÍTULO 2 CAPÍTULO 3

viernes, 26 de diciembre de 2008

Curtis Harrington. La estética de la decadencia (y V)

4.- DECADENCIA:

Prácticamente desde mediados de los años 70, la carrera de Curtis Harrington se circunscribe al mundo televisivo, realizando episodios para series tan populares como "Baretta", "Los Angeles de Charlie", "Wonder woman", "La fuga de Logan", "The Twilight zone", "Dinastía" o "Los Colby". En 1977 volvió a la gran pantalla con "Ruby", un film en el que sufrió diversos problemas debido a sus desencuentros con el productor. La acción del filme transcurría en un tétrico autocine dirigido por una antigua diva cinematográfica y su amante, un peligroso mafioso que oculta a sus víctimas en un cercano pantano. La versión generalmente conocida de esta película pertenece a un remontaje que hizo el productor para su pase por televisión, en el que se eliminaban las escenas más violentas, se cambió el final y se sustituyeron por escenas adiccionales rodadas por Stephanie Rothman. El resultado fue un autentico engendro que no se acerca ni remotamente a la versión estrenada en cine y que sin embargo fue la que llegó al mercado videográfico, firmada bajo el pseudónimo de Alan Smithee. Un año después, Harrington dirigió un mediocre telefilm que el mismo reconoce como lo peor de su carrera. Su título "Devil Dog: The hound of hell" y en el que tan solo cabe destacar su curioso reparto en el que aparecen Richard Crenna, Victor Jory, Yvette Mimieux y Martine Beswick.

Su último largometraje, "Mata Hari" (1985) fue una producción de la Cannon en la que se intentó recrear la vida de la legendaria espía alemana. Harrington no solo tuvo que afrontar un tortuoso rodaje poblado por todo tipo de problemas sino que además se tuvo que adaptar a la imagen erótica de la actriz Silvia Kristel, la cual carecía de auténticas actitudes para interpretar un personaje de tal altura. A pesar de algunos aciertos parciales, en ambientación y vestuario, el film no tuvo resultados satisfactorios.


Tras rodar un episodio de la serie "The Twilight Zone", Curtis Harrington abandonó la práctica activa del mundo del cine. Bill Condon reclamó su ayuda durante el rodaje de “Dioses y Monstruos” (1998), curiosa vindicación del “queer cinema” por parte de cierto sector de la industria. Su presencia era lógica: fue amigo de James Whale, conocía perfectamente la obra y el mundo del director de “Frankenstein”, y además había rescatado para la posterioridad “El caserón de las Sombras” (1932), una de las joyas de su director. En el film, el realizador de “Marea Nocturna” llegó incluso a realizar un cameo. Sin embargo, y de manera inesperada, Curtis Harrington se volvió a poner delante y detrás de las cámaras para rodar el mediometraje "Usher" (2002), una nueva versión del cuento de E. A. Poe que ya trató al comienzo de su carrera. En el mediometraje, visto en algunos festivales especializados, interpretó tanto a Roderick como a Madeleine Usher, en lo que suponía una insólita interpretación del relato original.

Curtis Harrington falleció el 6 de mayo del 2007, en Hollywood Hills, California. Queden estas líneas a modo de recordatorio y homenaje a un peculiar cineasta, que con sus aciertos y defectos nos legó una serie de títulos a los que seguramente volveremos a hablar con más detenimiento en el futuro

jueves, 25 de diciembre de 2008

Curtis Harrington. La estética de la decadencia (IV)

3.- JUEGOS CINÉFILOS:

Abandonada la tutela de Corman, Harrington inicia una segunda etapa en su carrera, en las que a partir de temas ya tratados en otras películas (algo por otra parte habitual en su obra) ofrece su peculiar visión mórbido-crepuscular sin abandonar ocasionales ramalazos irónicos. Un buen ejemplo de ello es "Games/La muerte llama a la puerta" (1967) un curioso juego hitchcockiano, repleto de detalles perversos y con claras referencias a "Las Diabólicas" de H. G. Clouzot (empezando por la presencia de Simone Signoret en el reparto). Harrington realiza el estudio de una patología criminal aprovechando la irrupción de una misteriosa mujer en la vida de una pareja (interpretada por James Caan y Katherine Ross) que combate el tedio de su matrimonio con inquietantes y peligrosos juegos.
En "How awful about Allan" (1970) el director visitó por primera vez el mundo literario del escritor y guionista Henry Farrell. Este telefilm vuelve a jugar con la imagen trastornada-psicótica del genial Anthony Perkins, aquí enfrentado de nuevo a terribles fantasmas familiares "How awful about Allan" retrata la degradación mental que sufre un hombre que tras varios años en una institución de reposo vuelve a casa, lugar donde ocurrió una grave tragedia. Como curiosidad reseñar que en la edición videográfica española el film aparece erróneamente atribuido al director Robert Butler y con el equivocado título de "La noche del juglar".

Una línea parecida se seguía en "¿Qué le pasa a Helen?" (1971) un guión original de Henry Farrell en el que volvía a tratar los temas ya planteados en sus dos obras para el genial Robert Aldrich: "¿Qué pasó con Baby Jane?" (1962) y "Canción de cuna para un cadáver" (1964). Ambas películas se centraban en las complicadas relaciones creadas por dos mujeres en su ocaso (Bette Davies y Joan Crawford en el primer título; Bette Davis y Olivia de Havilland en el segundo) condenadas a vivir juntas. El éxito de estas películas provocó un sin fin de imitaciones, interpretadas en alguna ocasión por las protagonistas de los films de Aldrich o en su defecto por viejas estrellas olvidadas por el público: "El caso de Lucy Harbin" (1963, W.Castle), "A merced del odio" (1965, Seth Holt), "El aniversario" (Roy Ward Baker), son buen ejemplo de esta moda. La película de Harrington sigue esta estela y cuenta la historia de la relación de dos mujeres que tras la condena de sus hijos, cambian de vida afincándose en la costa oeste; una de ellas irá perdiendo progresivamente la razón. "¿Qué le pasa a Helen?" es la mejor y la más personal película de su autor, en la que vuelve a realizar un estudio sobre la demencia humana, en esta ocasión reforzada por el entorno en el que acontece el relato (el Hollywood de los años 30). En su magnífico reparto destacan las presencias de Shelley Winters, Debbie Reynolds, Denis Weaver y la genial Agnes Moorehead. La película fracasó en su momento debido a los problemas de distribución, un estigma sufrido por Harrington a lo largo de su carrera. Sin embargo, el tiempo ha convertido a esta obra no solo en una pieza de culto sino en uno de los títulos más interesantes del cine norteamericano de los años 70. El propio realizador reconocía que esta obra era sin lugar a dudas, su mejor trabajo.
Su siguiente obra "¿Quién mató a la tía Roo?" (1971) es una curiosísima incursión en el mundo de los cuentos infantiles. El clásico aquí tratado fue "Hansel y Gretel", revisitado hace pocos años y de manera muy salvaje por Mathew Bright en "Trickbaby". La protagonista del film de Harrington es una acaudalada viuda, traumatizada por la muerte de su hija que todos los años acoge a niños huérfanos durante las fiestas navideñas; su locura hará secuestrar a una niña cuyo hermano iniciará su búsqueda. Rodada en Inglaterra, en la película no faltan gotas de perversidad, personajes enloquecidos, referencias exotéricas y un tétrico ambiente.
"The Killing Kind" (1973) es un psicothriller" que Harrington considera uno de sus mayores logros. El film narra la venganza de un joven con problemas mentales (de nuevo la locura como base para la historia a tratar) contra la muchacha que la acusó de violación. El director jugó de nuevo con la ambigüedad, utilizada de manera muy consciente y con los equívocos sexuales en el comportamiento del protagonista. En el reparto destaca la presencia de la veterana Ann Sothern, acompañada de John Savage y Luana Anders, en papeles principales.

Esta étapa se cierra con tres telefilms en los que el director de "Night Tide" trató de recuperar no solo las formas de las viejas películas de terror de los años 30, 40 y 50, sino también la temática de muchas historias "pulp" aparecidas durante esa época en innumerables publicaciones.
  • "The Cat Creature" (1973) es un homenaje a los viejos films sobre maldiciones egípcias mediante un relato escrito por el truculento Robert Bloch que narra las muertes provocadas en pleno siglo veinte por una antigua deidad gato. En el reparto, viejas glorias de la serie B como Keye Luke, Gale Sondergaard, Stuart Whitman y el gran John Carradine.
  • "Killer bees/Abejas asesinas" (1974) fue un regreso al cine de los años 50 centrado en amenazas animales. La mítica Gloria Swanson debutó en el formato televisivo con esta película sustituyendo en el último momento a la no menos legendaria Bette Davies que se apeó del proyecto poco antes de iniciarse el rodaje. La Swanson encarnó aquí a la extraña matriarca de una familia de apicultores que es en realidad una reina abeja humana. Harrington la consideraba su mejor trabajo para la televisión.
  • "The dead don´t die" (1974) supuso una nueva colaboración con el escritor y guionista Robert Bloch. Esta zombie-movie abiertamente "pulp" recupera los orígenes vudú del mito mediante una historia desarrollada en el Chicago de 1934, en la que un misterioso personaje llamado Vareck planea gobernar el mundo utilizando un ejercito de muertos vivientes. Ray Milland, George Hamilton y Ralph Meeker son algunas de las estrellas resucitadas en este telefilm.

Quedan también los proyectos que no pudo llevar a buen puerto. El más interesante de ellos es “The Pyx”, una mistery movie en la que un investigador privado investigaba la extraña muerte de una “call girl”. Sin embargo, James Mason que debía protagonizar el film se negó a trabajar con Joan Crawford y la esperada película tuvo que ser aparcada.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Curtis Harrington. La estética de la decadencia (III)


2.- LA ETAPA CORMAN:
En 1961 dirige "Marea Nocturna/Night Tide", su primer largometraje producido por la AIP y en el que contó con el respaldo no acreditado de Roger Corman. El film rodado en blanco y negro y con un presupuesto escaso, es una de las más hermosas e inesperadas series B de la época. Narra la historia de amor que surge entre un simpático e ingenuo marinero y una enigmática joven a la que conoce en un hermoso pueblecito costero. El tono lacónico del relato, el misterio que rodea a la muchacha (la posibilidad de que sea una sirena), los atípicos lugares en los que se desarrolla la acción, las nada gratuitas referencias mitológicas, la omnipresente e inquietante presencia del mar y el curioso mosaico de personajes son aspectos que convierten a "Night Tide" en un bello y sugerente film que recuerda a las obras que produjo el gran Val Lewton para la RKO con "La mujer pantera" a la cabeza, una de las películas favoritas de Harrington. Además, "Marea Nocturna" desarrolla algunos de los temas que Harrington tratará en su posterior obra como la atracción por lo desconocido, su gusto por las atmósferas decadentes, la constante presencia de la muerte o su interés por el ocultismo. Por otro lado el film es también recordado por ser el primer papel protagonista del luego celebre Dennis Hopper, secundado en esta ocasión por Linda Lawson, Gavin Muir, Luana Anders y la anteriormente citada, Marjorie Cameron (que encarna a una vidente griega). La presencia de esta ocasional actriz ha hecho especular a algún estudio de que "Night Tide" está basada parcialmente en la comentada reunión para crear al mítico "Moonchild".

El siguiente film de Harrington, "Voyage to the prehistoric planet" (1965) pertenece al grupo de películas de ciencia-ficción que Roger Corman se sacó de la manga empleando un curioso método. El director y productor norteamericano compró una serie de películas fantásticas procedentes de Paises del Este a precios irrisorios que posteriormente eran adaptadas al gusto yankee. Los primeros espadas de su factoría (gente como Coppola, Bogdanovich, Jack Hill...) escribían nuevos guiones, rodaban material adicional con actores norteamericanos y empleaban secuencias, sobre todo las relativas a efectos especiales, de las obras originales. El resultado eran nuevas películas de producción americana (aún existía la guerra fría) que se distribuían y se exhibían como complemento de inolvidables programas dobles. "Voyage...", que Harrington firmó con el pseudónimo de John Sebastián, narraba la historia de un grupo de astronautas en misión a Venus y sus movidas aventuras en la superficie del planeta. En sus principales papeles intervinieron actores vinculados a la serie B como Basil Rathbone, Faith Domergue o Florence Marly. La película rodada en apenas 10 días empleó metraje de "El planeta de las tormentas" (1962) de Pavel Kloucharltsev, uno de los clásicos de la ciencia-ficción rusa prácticamente desconocido en Occidente.

La última obra al servicio de Corman fue "Planeta Sangriento/Queen of blood" (1966), un curioso cocktail de terror y ciencia-ficción posteriormente homenajeado por obras tan delirantes como "Lifeforce" (1985) o "Mars Attack!" (1996), y sin olvidar su pequeña influencia en el "Alien" de Ridley Scott. El argumento del film no tiene desperdicio: una vampiro alienígena es encontrada en Marte por una expedición terrestre; en el viaje de vuelta a la Tierra, la alienígena irá aniquilando uno a uno a los ocupantes de la nave para alimentarse de su sangre. Rodada en 8 dias, con un presupuesto inferior a 80.000 dólares y empleando insertos de dos películas rusas ("Niebo Zoviet" y "Meshtre Natreshu"), "Planeta Sangriento” es una de las obras más recordadas de su autor, gracias a su estética colorista y a la retorcida truculencia de su propuesta. La inolvidable vampiro espacial fue encarnada por Florence Marly y en sus principales papeles se dejan ver rostros tan conocidos como Basil Rathbone, John Saxon, Dennis Hopper o el mítico coleccionista Forrest J. Ackerman.

martes, 23 de diciembre de 2008

Curtis Harrington. La estética de la decadencia (II)

1.- INICIOS:

Curtis Harrington nació en Los Ángeles el 17 de Septiembre de 1928. Cinéfilo entusiasta cursó estudios en la USC y en la UCLA y trabajó como crítico y escritor cinematográfico para revistas tan prestigiosas como Cahiers du Cinema, Sight and Sound o American Magazine.

En 1949, publicó un estudio monográfico sobre Josef von Sternberg. Sus primero pinitos cinematográficos son muy precoces. Con 14 años dirige "The Fall of the house of Usher" un cortometraje rodado en 8 mm, en que adaptaba el popular relato de Edgar Allan Poe y en el que interpretó tanto a Roderick Usher como a su abatida hermana. A esta obra le siguen una serie de cortometrajes experimentales realizados en pequeños formatos (8 o 16 mm) y en los que trabajaba especialmente con la imagen, el sonido y la música. Son obras visuales, influenciadas por las vanguardias europeas y que le vinculan con los cineastas experimentales que surgieron en América en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial.

En 1954, participa como actor en "Inaguration of the pleasure dome" la primera obra destacable del inclasificable Keneth Anger, uno de los más notorios cultivadores del cine underground norteamericano. Anger es autor de un grupo de insólitas películas, en su mayoría cortos y mediometrajes, repletos de referencias exotéricas y homosexuales. A lo largo de su carrera ha colaborado con "Los Angeles del Infierno", el creador de la iglesia de Satán Antón Lavey, Mick Jagger, Marianne Faithfull , Jimmy Page o el miembro de la Familia Mason, Bobby Beansoleil. "Inaguration..." es un corto influenciado por las ideas ocultistas del "mago" Aleister Crowley donde se narra la historia del regreso de Shiva a la Tierra. En su reparto participó gente tan extraña como la artista Marjorie Cameron (que en 1946 influenciada por las teorías de Crowley había intentado procrear el "Moonchild", el homúnculo de la leyenda, en compañía del científico Jack Parsous y del polémico L. Ron Hubbard), la cineasta de vanguardia y experta en vudú Maya Deren (decana del cine underground americano) y la escritora Anaïs Nin. Harrington interpretaba en esta obra a un personaje inspirado en el Cesare Caligariano. "Inaguration..." es una película poblada de colores intensos e imágenes delirantes y sirvió de anticipo para posteriores desvaríos de Anger como "Scorpio Rising", "Liucifer Rising", "Invocation of my demon brother"...

Poco después empieza a trabajar para el productor Jerry Wald en tareas de ayudante de producción y productor asociado en películas tan conocidas como "Mas dura será la caída " (1956), "Vidas Borrascosas" (1957) "El largo y cálido verano" (1958), "Martes de carnaval" (1958) o "Regreso a Peyton Place" (1961). Es un periodo de contacto directo con los grandes estudios y que le permitió conocer de primera mano el mundo cinematográfico a nivel profesional.