Ni Fred Williamson ni Jim Brown ni el finado Jim Kelly ni tampoco Richard Roundtree lo consiguieron. Aparecer en la saga Bond no es cosa fácil y menos con un papel de relevancia. En "Vive y deja morir" (1973,Guy Hamilton) dado el contexto de la trama y el momento de su realización tuvimos actores afroamericanos en su reparto: Yaphett Kotto, Julius Harris, Geoffrey Holder y Gloria Hendry como primera Bond Girl de color. Nos ocuparemos de la película en otro momento aunque no sea un plato muy recomendable. Una década después y cuando la serie oficial estaba dando los últimos coletazos en su encarnación Moore, surgió una versión apócrifa de "Operación Trueno" (1965, Terence Young), que recuperó a Sean Connery como 007 e incorporó una broma personal como título de la película: "Nunca digas nunca jamás" (1983, Irvin Kershner). No profundizaré en los entresijos que rodearon a esta singular producción pero vamos a destacar la presencia de Bernie Casey interpretando a Felix Leiter en una especie de versión ultimate del personaje que se adelantó unos años (por aquello del aspecto racial) al Jeffrey Wright de la nueva y estimulante etapa actual del más famoso espía británico. A diferencia de otras apariciones del agente de la C.I.A., aquí Leiter es afroamericano, cuenta con un papel algo más activo y utiliza toda su fuerza cuando llega el momento preciso. Siempre mantiene su buen feeling con su amigo Bond y forma una pareja digna de las buddy-movies de la época. Bernie Casey no tiene excesivos problemas a la hora de encarnar el personajes. Ya sabemos que se le da muy bien patear culos y pegar unos cuantos tiros. Mientras tanto, Kim Basinger y Barbara Carrera animan y de qué manera el resto del metraje. Pero esa es otra historia.
miércoles, 4 de junio de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario