sábado, 23 de febrero de 2013

BLAXPLOSION: (I - L)



IN THE HEAT OF THE NIGHT: Novela escrita por John Ball y publicada en 1965, que fue llevada con éxito a las pantallas un par de años más tarde por Norman Jewison con Rod Steiger y Sidney Poitier. Este último, el primer actor negro en ganar un Oscar, interpretó al metódico Inspector Tibbs, un detective de color que acudía a una población de Mississippi a investigar un caso de asesinato soportando un sofocante ambiente de corrupción y racismo. En la pantalla Tibbs tuvo un par de películas más y en tinta, Ball alargó las aventuras de este singular agente policía hasta la decena de libros. Sidney Poitier ha sido uno de los actores de color más importantes de la historia del cine. En los 70, y a pesar de su imagen angelical protagonizó y realizó una serie de obras que intentaban dignificar y sublimar el tono populista de las obras blaxploiter. Recordar especialmente el trío de comedias que trabajó con el inefable Bill Cosby.

JIM BROWN: El primer black action hero y la perfecta encarnación del macho afroamericano al gusto Hollywoodiense. Atleta, actor y activista, Brown fue uno de los mejores jugadores de futbol americano. Su salto al cine fue a lo grande en un par de títulos inolvidables donde aparecía como secundario: Rio Conchos (1964) y Doce del Patíbulo (1966). No fue un intérprete de emociones íntimas ni de personajes shakesperianos. Hollywood lo sabía y cuando se hace con sus servicios tan solo busca un tipo duro de armas tomar que ofreciese la alternativa a la extensa calaña de rostro pálidos que dominaban las pantallas. Sus primeros filmes van moldeando su imagen y su presencia se deja notar en obras nada desdeñables como Dark of the sun/The mercenaries (1968). The split (1968), Ice Station Zebra (1968), Riot (1968) o  El Condor (1970). Con Tic-tic-tic (1970) se inicia su reconversión en ídolo negro que será secundada con sus encarnaciones de tipos furiosos llamados Slaughter, Gunn, Hook…Se unió a Williamson y Kelly en Three the hard way (1974), Take a hard ride (1975) y One down two to go (1983), reuniones  del denominado blackpack de desigual fortuna aunque indudable encanto. Poco a poco fue dejando el cine aunque directores tan variopintos como Tim Burton, Oliver Stone, Keenam Ivory Wayans o Spike Lee le fueron recuperando para esporádicas aunque excelentes apariciones.

JIM KELLY: La respuesta negra al filón del cine de artes marciales puesto de moda por el finado Bruce Lee, con el que trabajó en la hoy mítica Enter the Dragon (1974). Deportista todoterreno, Jim Kelly protagonizó varias producciones de bajo presupuesto cuyo máximo reclamo eran los combates y la demostración física de sus grandes habilidades atléticas. Su carrera entró rápidamente en declive, no solo por la decadencia del cine blax sino también por la fuerte personalidad del actor. Las imposiciones que exigía en los rodajes y sus ideas políticas le dieron fama de actor difícil y problemático, lo que perjudicó notoriamente su trayectoria cinematográfica. Abandonó el cine en los primeros 80, pero es recordado por títulos como Black Belt Jones (1975), Black Samurai (1977), Death Dimension (1978) y Hong Kong Connection (1978), aparte de sus pequeñas apariciones en las películas del Black Pack.

LARRY COHEN: Adalid del cine guerrilla y  uno de los nombres más interesantes de la moderna serie B americana. De amplia y desnortada filmografía inició  su trayectoria como director con una serie de vigorosos títulos que deben ser considerados entre lo más interesante del cine afroamericano de la década. Aparte de la extraña e irónica Bone/Housewife/Dial rat for terror (1972), tragicomedia en clave social protagonizada por el gran Yaphet Kotto, Cohen facturó Black Caesar (1972) actualización del viejo clásico de Melvyn Le Roy, Little Caesar (1930), llevándolo a los barrios marginales  pero sin ensalzar a su protagonista, un gangster negro en la línea de Bumpy Johnson o Frank Lucas, que en su ascenso al poder acaba perdiendo el imperio que ha creado. El filme convirtió en estrella a Fred Williamson y generó una rápida y delirante continuación: Hell up in Harlem (1973). En lo 90, actor y director se volvieron a reunir para Original Gangstas (1996), un anacrónico homenaje a las producciones afroamericanas sementeras que recuperaba a algunos de los grandes actores del subgénero (Jim Brown, Ron O´Neal, Richard Roundtree, Pam Grier y Paul Winfield, acompañados por rostros curtidos en la serie B reciente como Robert Foster, Charles Napier y Wings Hauser).

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