jueves, 12 de noviembre de 2009

BLACK DEVIL DOLL (2008)


La psicotronía del mes. Uno de esos títulos que se beneficia claramente de la fiebre post-grindhouse y lo hace de la forma más irreverente y provocadora posible. Una película perfecta para cualquier sesión golfa que se precie aunque posiblemente provoque deserciones y bostezos varios. Los más viejos del lugar posiblemente recuerden un clásico zetoso de los 80 titulado Black Devil Doll From Hell, facturado o así, por el desconocido Chester Novell Turner, con clara textura amateur y saltándose a la torera cualquier norma cinematográfica que se precie. El film narraba las aventuras de un muñeco asesino, bastante chingón en todos los sentidos, y que realizaba todo tipo de barbaridades (bueno, no tantas) a lo largo de su no demasiado abultado metraje. Los hermanos Lewis, aunque no traten de ocultarlo se fijan claramente en este precedente y se sacan de la manga este peculiar rip-off donde homenajean a la insigne obra del citado Turner.



Su trama sonroja a cualquier guionista poco espabilado. Una joven despampanante y bastante aburrida libera a través de su ouija el espíritu de un activista negro, ejecutado en la silla eléctrica por violar y asesinar a 15 mujeres blancas. El militante de nombre Mubia Abuj Jama acaba reencarnado en un muñeco al que metamorfosea en pigmentación de piel y en pelambreras afro. En su nueva vida, el muñeco asesino se lía con la encantadora joven y posteriormente, monta una orgía de sangre y sexo con las amigas de esta. El desenlace dejará a más de uno con la boca abierta.


Está insolita vindicación del cine zetoso más ochentero se acerca más a los títulos filmados por Olen Ray y Wynorski al servicio de conocidas scream queens, que a los films que llenaron las grindhouse de antaño. Abunda el gore, los desnudos gratuitos, los chistes sin gracia, las provocaciones de todo tipo y alguna que otra salida escatológica que deja perplejo al personal.


Una obra de buscado acabado amateur, con actrices más preocupadas por mostrar sus encantos que por decir sus escasas líneas con una mínima coherencia, trotonas de siliconados encantos (algunos andan citando al finado Russ Meyer) dispuestas a todo tipo de desvaríos, ambiente sucio y desastrado, y cantidades generosas de sangre para mantener despierto al personal más encallecido. El muñeco negro a priori tiene gracia, pero la va perdiendo a lo largo de su escaso metraje (que a duras penas, y con todo tipo de insertos en los créditos finales, apenas llega a los 70 minutos).


Destaquemos eso sí sus estupendos títulos de crédito, una pequeña joya en el lodazal que viene a continuación y su muy entonado score a cargo de Giallos Flame, banda británica creada por Ron Graham con vocación revival de las maravillosas soundtrack italianas de la época dorada. Para la ocasión, Giallos Flame opta por una música que bebe del cine afroamericano setentero desde una perspectiva claramente revisionista. Otro aspecto a destacar en el film, es su muy cuidado marketing que recupera con encanto el diseño de los carteles del viejo cine de explotación. Su director, Jonathan Lewis, un jovenzuelo con 25 primaveras, ya anda enfrascado con una nueva película, Darkness of the Night, un homenaje a los grandes clásicos de la escuela terrorífica italiana. Al menos eso es lo que dice. ¡Quedáis avisados!.


2 comentarios:

  1. Pues pese a que no parece nada del otro mundo, me llama bastante la atención. Aunque previamente intentaré ver Black Devil Doll From Hell!
    A seguir así!!

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  2. Uahu! parece que en pleno siglo XXI aun tenemos esoperanzas de nuevas y jugosas explotaciones, que buena pinta tiene esto.
    Gracias Fanaka.

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