Las imágenes de estos últimos días han vinculado dos acontecimientos de ciertas similitudes con motivaciones diferentes aunque idéntico escenario. Las revueltas sucedidas en la ciudad portuaria de Baltimore en el año 1968 fueron motivadas por el asesinato de Martin Luther King y se prolongaron durante una semana como sucedió en otras ciudades de los Estados Unidos. La revuelta actual iniciada el 25 de abril es consecuencia de la muerte del joven afroamericano Freddie Gray fallecido a consecuencia de las heridas producidas durante su oscuro arresto. Los brutales incidentes posteriores se unen a la tensión racial que está sufriendo Estados Unidos en el último año debido a situaciones similares.
El pasado 17 de Julio Eric Garner, un vendedor ilegal de cigarrillos de Nueva York falleció de manera fortuita poco después de su arresto. Garner sufría de problemas respiratorias y la fuerza desmedida empleada durante su detención provocó su obito. El momento determinante tuvo lugar el més siguiente. El 9 de Agosto en Ferguson (Missouri), el joven Michael Brown fue abatido por un policia blanco iniciandose una ola de revueltas que se prolongaron durante dos semanas. Las protestas han tenido replicas posteriores. Una de ellas fue en Noviembre como consecuencia de otro grave incidente. El día 22 del citado mes, Tamir Rice de 12 años de edad fue abatido por un policia en un parque de Cleveland (Ohio) tras ser recibida una llamada realizada al 911 informando que un joven afroamericano llevaba una pistola. El arma resultó ser falsa.
Dos días antes (el 20 de Noviembre) había fallecido en otro oscuro incidente Akai Gurley, un afroamericano de origen caribeño con un historial delictivo vinculado al mundo de la droga y que fue abatido en Brooklyn por un policia de origen chino. La zona en la que se produjo el tiroteo es una de las más conflictivas de la ciudad. Ambos hechos acentuaron distintas protestas tanto en las ciudades donde se produjeron los hechos como en otras áreas donde la tensión no había decrecido.
El 6 de Marzo del presente año el joven Tony Robinson falleció a consecuencia de un disparo en un forcejeo con un policía en Madison (Wisconsin). La situación se produjo tras acudir la policía ante una posible perturbación del orden. Los hechos y sus consecuencias están siendo investigados. Un mes más tarde el 4 de Abril, Walter Scott de cincuenta años fue abatido por un policia al tratar de huir cuando fue detenido por una infracción de tráfico en North Charleston (Carolina del Sur). De nuevo, un policía blanco era responsable de la situación. Un video muestra la desmedida acción policial para repeler una amenaza que no requería el uso de armas de fuego.
Los sucesos de Baltimore han vuelto a prender la mecha en esta controvertida situación donde se fusionan prejuicios raciales, brutalidad policial, frustración social y graves escenarios de pobreza especialmente en zonas discriminadas de las grandes y medianas urbes americanas. La respuesta del gobierno está basada en el control y despliegue de fuerzas utilizando los recursos legales que le permite la Constitución y la Justicia. Sin embargo, la raiz del problema parece no encontrar una solución válida que pueda satisfacer a las partes en conflicto. Los viejos fantasmas vuelven a salir a las calles y la opinión pública se ve invadida por las imágenes con que los mass-media ilustran la citada situación. Gran parte de la población afroamericana rechaza los actos violentos y delictivos que se están produciendo. Sin embargo no dejan de denunciar , especialmente desde colectivos vinculados a los derechos civiles, la impunidad con que determinados miembros de las fuerzas del orden se mueven en su quehacer diario y en determinadas situaciones de gravedad. La nación arcoiris sigue en estado de ebullición.
Los sucesos de Baltimore han vuelto a prender la mecha en esta controvertida situación donde se fusionan prejuicios raciales, brutalidad policial, frustración social y graves escenarios de pobreza especialmente en zonas discriminadas de las grandes y medianas urbes americanas. La respuesta del gobierno está basada en el control y despliegue de fuerzas utilizando los recursos legales que le permite la Constitución y la Justicia. Sin embargo, la raiz del problema parece no encontrar una solución válida que pueda satisfacer a las partes en conflicto. Los viejos fantasmas vuelven a salir a las calles y la opinión pública se ve invadida por las imágenes con que los mass-media ilustran la citada situación. Gran parte de la población afroamericana rechaza los actos violentos y delictivos que se están produciendo. Sin embargo no dejan de denunciar , especialmente desde colectivos vinculados a los derechos civiles, la impunidad con que determinados miembros de las fuerzas del orden se mueven en su quehacer diario y en determinadas situaciones de gravedad. La nación arcoiris sigue en estado de ebullición.
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