domingo, 15 de septiembre de 2013

EL SÍNTOMA LARRAZ


Fallecido el pasado 3 de septiembre, José Ramón Larraz constituye una rara-avis en nuestro cine. Perteneciente al campo profesional del comic y de la fotografía, su salto al mundo del celuloide se produce de manera un tanto circunstancial aunque fiel a su espíritu inquieto. Durante dos décadas, Larraz facturó un conjunto de obras donde se aunan el aspecto autoral (especialmente en sus comienzos) con los condicionantes requeridos del mercado, especialmente desde su vuelta a España a mediados de los 70. Terror, thriller, comedia, drama, erótico, bipopic histórico...su obra está trufada de todo tipo de etiquetas donde aún considerando sus altibajos y elementos negativos siempre es apreciable los hallazgos de determinadas obras. 

 
El peor enemigo del cine de Larraz ha sido la dificultad de acceder a su material más interesante, el de la primera etapa (por lo general rodado en el exterior de nuestro país), y la pereza con que la crítica del momento acogió su trabajo (algo que ha ido cambiando especialmente en los últimos años). Personalmente, considero que Larraz realizó sus mejores filmes entre 1970 y 1975, donde facturó siete películas entre el terror, el thriller y el drama psicológico repletas de atmósferas decadentes y densas, desarrolladas en localizaciones solitarias que prolongaban las mentes dislocadas de sus protagonistas. Cine netamente exploiter al gusto europeo, donde se mezcla manierismo y tosquedad narrativa, lo sugerente y lo evidente, en ficciones repletas de erotismo, violencia y perversidad. 

 
1.- WHIRLPOOL (1969). La opera prima de Larraz, una extraña coproducción anglo-danesa, rodada con escaso presupuesto y en clave thriller un tanto underground. Un joven fotografo, su perversa tía, sus oscuros juegos, una casa aislada cerca de un solitario y otoñal bosque. Guiños a Hitchcock y Polansky (lo de "Blow Up" lo veo más superficial aunque se suele citar como influencia), atmósfera turbia y enfermiza, narración directa y sin excesivas complicaciones, algunos detalles cromáticos en la fotografía y una presencia inquietante que mereció mejor suerte: el estupendo Karl Lanchbury. En su distribución USA fue obsequiada con un título contundente (She died with her boots on). Filme perdido durante muchos años, emergió durante la década pasada en una copia infame que de alguna manera engrandece el caracter maldito de la película.
 
2.- DEVIATION (1971). Segundo trabajo del director barcelonés, en esta ocasión con dinero italiano e incidiendo de nuevo en el thriller perverso con toques terroríficos. Una pareja llega accidentalmente a una solitaria mansión (seña de identidad del cine de género de Larraz) habitada por personajes misteriosos que dan rienda suelta a sus instintos más primarios y decadentes (orgías, drogas, asesinatos, taxidermia). Atmósfera perversa y claustrofóbica, psicologías enfermizas, giros de guión gratuitos y eficaces...Otra pieza inquietante del  puzzle cinematográfico de su autor, acertada prolongación de su primera película. De nuevo Karl Lanchbury hace acto de presencia, acompañado de la extraña Sybila Grey. La columna sonora corrió a cargo de un entonado Stelvio Cipriani.

 
3.- LA MUERTE INCIERTA (1973). Primera película española de Larraz, invisible en todos los sentidos, de reminiscencias claramente pulp (versión bolsilibro Bruguera) y ambientación exótica. La maldición familiar que se cierne sobre un colono inglés a su regreso a la India, estrenando esposa europea, en su solitaria mansión habitada por sus escasos sirvientes, su inquietante hijo y la presencia invisible de la mujer india que le soltó el hechizo (reencarnada en un tigre que vive en la plantación cercana y que les acecha). Mejor que similares  producciones de Jesus Franco en la misma época, inferior en resultados a sus anteriores filmes, una obra simpática, con cartas escondidas en su libreto, deshilvanada en sus actuaciones, aunque fiel al mundo que iba configurando su director. Otra obra maldita de distribucción cuanto menos misteriosa.

 
4.- SCREAM AND DIE (1973). Una joven modelo londinense llega con su novio a una misteriosa mansión donde asiste a un extraño encuentro sexual y  a un posterior asesinato. Progresión de Larraz en sus ambientes enfermizos, en un filme de misterio habitado por presencias pintorescas, sexo bizarro, relaciones incestuosas, crímenes y decadencia. Karl Lanchbury encarnando una vez más a un angelical y oscuro personaje acompañado de la no menos perversa Maggie Walker representa lo mejor de la función. Mi favorita del director barcelonés, estrenada en España con el estúpido título de "Violación y ...?", donde se aprecian ciertos paralelismos con el cine de Polanski.

 
5.- EMMA, PUERTAS OSCURAS (1974). Una joven desequilibrada es atropellada y posteriomente acogida por una doctora con la que mantiene una ambigua relación. El brutal asesinato del marido de la doctora desencadena una huida de ambas que provoca la desbocada pulsión homicida de la protagonista. Las señas de identidad de Larraz en sus segundo filme de producción española, del que se intuye doble versión, con una lograda segunda parte ambientada en escenarios boscosos y solitarios, donde no falta la abandonada mansión de turno (en este caso, un destartalado hotel). Rostros conocidos como Perla Cristal y Angel Menéndez, secundan a la desconocida Susanna East, resultona en su rol protagonista.

 
6.- SINTOMAS (1974). Su "opus magna" donde mejor se definen y desarrollan todas las obsesiones, temáticas y personajes que hasta aquí había desarrollado el realizador barcelones. De nuevo un thriller perverso, enrarecido, otoñal de claras reminiscencias polanskianas. Un caseron solitario, dos mujeres solas, extraños merodeadores, crímenes, extrañas llegadas, lesbianismo soterrado. Larraz consigue una obra fantasmagórica y onírica donde la inquietante atmósfera es la dueña de la ficción. El rostro enigmático de Angela Pleasence funciona como perfecto espejo de las oscuras emociones que provoca la película.

 
7.- LAS HIJAS DE DRACULA (1975). Poco que añadir a esta incomparable cult-movie setentera. Vampirismo lésbico con dos angeles de la muerte que se ven condenadas a perversos juegos de sangre y sexo en su no-vida. Larraz utiliza perfectamente el escenario para recrear una ambientación tórrida y mórbida, donde el sexo, la sangre y la muerte emergen sin complejos en una narración presidida por el amor fou. Otro detalle original en la propuesta es su tratamiento del vampiro: sus protagonistas se convierten en upiros tras ser brutamente asesinadas a sangre fría por un desconocido (dotanto al tema una connotación fantasmagórica y obviando el habitual esquema de la transmisión vampírica). Un filme al que el tiempo ha ido dotando de mayor importancia de la que tuvo en su momento.




sábado, 27 de julio de 2013

CALIBRE DI LEO 13: AVERE 2







CALIBRE DI LEO 12: AVERE








CALIBRE DI LEO 11: DIAMANTI







CALIBRE DI LEO 10: PADRONI







 

CALIBRE DI LEO 9: 1976-1978

 

Tres títulos definen perfectamente esta étapa de Fernando di Leo. Dos thrillers policíacos y una aparente comedia que ofrecen en su filmografía resultados interesantes y en alguno de ellos sorprendentes. Con el primero clausura su compañía de producción y se verá obligado a aceptar encargos en los que curiosamente dispondrá de libertad creativa, aunque sufrirá desde entonces los consabidos problemas económicos. Lo mejor de estos títulos es la capacidad del cineasta italiano de no repetir los moldes y esquemas genéricos tanto en el poliziesco como en la comedia erótica. Contará además con algunos de sus "sospechosos habituales" y  otros nombres importantes (Jack Palance o Martin Balsam) que ayudarán ostensiblemente a la promoción de las obras. Aunque en uno de los casos la realidad social que se vivía en esos días en Italia le jugó una mala pasada.

 
1.- I padroni della città/Mister Scarface (1976). Última producción personal (en cuanto a independencia) del autor de Nuestro hombre en Milan, donde mezcla con gran solvencia una historia de venganza con el robo que dos ladrones de baja monta planean contra el gran mafioso de la ciudad. Entre locales de mala muerte, calles sin ley y barriadas empobrecidas transcurre una historia no por ligera menos efectiva tanto en resolución como en retratos de personajes. Jack Palance encarna sin problemas al villano de la función oscureciendo la labor del dueto protagonista (Harry Baer y Al Cliver), con todo simpáticos en sus roles. Los diálogos y situaciones más estrambóticas corren  de nuevo de la mano del inenarrable Vittorio Caprioli que encarna a un auténtico superviviente de los bajos fondos, poeta y filósofo del asfalto, que ayudará a nuestros protagonistas. Ladrones que roban a otros ladrones, justicia en un mundo donde prima la ilegalidad, cobardes entre leones, matones inconscientes de su labor de peones, inesperados sueños de huida a imposibles paraiso terrenales (ese Brasil soñado que sabemos que con el tiempo no lo será), un mundo picaresco tratado más con ironía que con la seriedad de antaño . Un thriller estupendo con una parte final endiablada en cuanto a ritmo y acción, que arranca siempre la sonrisa del espectador y que cuenta con la admirable compañia sonora de Luis Enriquez Bacalov. Di Leo dirige con pulso firme y se permite incluso alardear en los momentos más cinéticos. Desafortunadamente, pichó en taquilla lo que ocasionó el fin de la productora del director. Una película ideal para las inolvidables sesiones continuas.

 
2.-  Diamanti sporchi di sangue (1977). Un ejercicio de estilo, remake nada encubierto de  Milan calibre 9, aunque ambientado en Roma y con resultados inferiores. Una obra gélida, como el actor que la protagoniza (un Claudio Casinelli un tanto ausente), que narra la venganza de un ladrón contra su antiguo jefe que le traicionó en un robo. No se sigue la historia al pie de la letra y es una obra menos matizada que su contrapartida milanesa. Lo más interesante es la representación de ese hampa codicioso y sin honor, cuyos rituales de muerte son siempre execrables. La violencia se impone sobre los débiles sin un motivo claro y siempre de forma expeditiva. No hay lujo retratado ni reuniones de alto standing ni personajes dignos de reverencia. El crimen es una amalgama siniestra de la que no hay escapatoria ni mucho menos libertad. Lo más recordado de la obra, es su secuencia final un excelente climax de inesperados resultados. En su estreno la película pasó completamente desapercibida.

 
3.- Avere Vent´anni (1978). La presencia de Gloria Guida y Lilli Carati hace presagiar un filme burdamente erótico, cómico, superficial y poco frecuentable. Las apariencias engañan. Dos jovenes se encuentran en una playa y deciden pasar lo que resta del verano juntas. Idas y venidas por diversos lugares, encuentros de toda índole, situaciones que retratan una variopinta fauna al margen de los canones habituales y un tanto underground. Se tiene la sensación  de presenciar una obra ideologicamente tardía, donde la era de Acuario y el espíritu del 68 han prolongado su existencia tarde y mal. Pero quizás en los paises latinos dichas fugas eran entendibles en el momento en que se realizó la película. Prima lo femenino como forma de protesta  enraizado con un vitalismo que será brutalmente cortado en su desenlace. Un violento momento que obliga al espectador a replantearse lo que ha estado viendo y que sobredimensiona la película en cuestión. Uno de los trabajos más estimables de di Leo y posiblemente su último filme interesante.

lunes, 1 de julio de 2013

KING OF DRAGONS

JIM KELLY
(Paris, Kentucky, 5 de mayo de 1946 - 29 de junio de 2013)