El jefe de policía de Banyon Key (Florida) se ve inmerso en un turbio asunto. Mientras tramita su divorcio, tiene un lio de faldas con una mujer casada. Además guarda en comisaría una importante cantidad de dinero decomisada en una operación antidroga y en espera que la DEA se la solicite. Y si faltaba algo, a su amante la diagnostican un cancer terminal. Todo explota (de forma verídica) y nuestro protagonista sufre las consecuencias mientras intenta resolver el oscuro asunto "a contrarreloj". La DEA y su ex (inspectora de policía) le apretarán las tuercas para dar algo de empaque a la trama.
A priori juntar al divo Denzel Washington con el director Carl Franklin ofrecía ciertas expectativas. Ambos habían colaborado en la estupenda "El demonio vestido de azul" (1995) y suponía el regreso del segundo al thriller policiaco, territorio al que legó una de los títulos fundamentales de principios de los 90: "Un paso en falso/Falso Movimiento"(1992). Todos contentos. Argumento ligeramente noir, ambiente exótico, acción, suspense, ligeras gotas de sexo, algo de humor...Elementos que en una historia funcionan siempre que el guión esté bien escrito. Sin embargo, en este punto nos encontramos con una losa que acaba desbaratando completamente el resultado.
Sin seguir atentamente la película, se puede apreciar que Franklin coloca con funcionalidad y desgana las piezas de un puzzle que llama la atención por su facilidad. La morgue, el dinero en la caja, el facilón lío de faldas, la consulta con el médico, el enfrentamiento con el marido de turno son mostrados para perplejidad del espectador curtido sin un ápice de misterio ni ambiguedad. Se van atando los cabos en el momento y la trama sigue lo que se espera de ella. Ante tal abulia narrativa se pretende crear algo de tensión que provoca sonrojo en el respetable. Las presiones de la DEA por recuperar el dinero, el lío con el Fax y el teléfono, las idas y venidas de nuestro protagonista ante la atenta mirada de su ex que también investiga el caso rozan el infantilismo más hilarante. Con todo, Franklin mueve la película constantemente para disimular estos dislates posiblemente consciente del "muerto" que tiene entre manos.
Lo divertido del asunto es que siendo Washington el protagonista e intuyendo el control que pudo tener sobre la producción, su personaje (Mathias Whitlock) es uno de los mayores imbéciles que hemos visto en un policiaco reciente. Sus acciones y comportamiento están mas cerca de un quinceañero en apuros que de un jefe de policía curtido y derecho. Sus réplicas y chulerías tienden a ser divertidas aunque dan bastante pena. La tensión emocional es irrisoria y del drama mejor ni nos ocupamos. Y al final le sacan de apuros un amigo suyo y su ex que por razones desconocidas no le quiere dejar.
Película completamente fallida puede servir para pasar una tarde de sabado si no se tiene nada mejor que hacer. La película roza el ridículo en más de una ocasión y sus escenas de acción tampoco suponen un alivio para solventar la desidia generada. Mi madre comentó que la película estaba bien porque al final su ex volvía con el protagonista. De eso debe tratar "Out of Time" (2003) porque como thriller policiaco tiene más lagunas que el agua que rodea Banyon Cay.
Lo mejor: John Billingsley, una desaprovechada Eva Mendes y la banda sonora de Graeme Rewell.
Lo peor: El guión y la decepción que genera la propuesta.
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