Cuando hace unos años el sello subterfuge rescató en su maravilloso sello "Música para un guateque sideral" a Alfonso Santisteban (fallecido el pasado viernes), supuso una bella maniobra por rescatar a un músico excesivamente olvidado por la modernidad y el pop-rock que dominó nuestro país desde comienzos de los 80. Santisteban, junto al gran Algueró, Antón García Abril, Waldo de los Ríos o Juan Carlos Calderón pusieron música durante muchos años al celuloide que se hacía en España en todo tipo de géneros y películas, de calidades y cualidades variadas, logrando algunas perlas sonoras desdibujadas por el tiempo y apenas recuperadas. Todos ellos afines en cuanto a formación clásica, abiertos a todo tipo de tendencias músicales, compositores, arreglistas y productores, dieron también rienda suelta a discos de "lounge music" hoy buscados y valorados por coleccionistas y degustadores de las apuestas más retro del catálogo hispano. Tachados en su momento por todo tipo de improperios, se les negó el reconocimiento que en otros lugares si tenían Burt Bacarach, Henry Mancini, Esquivel, Piccioni y cia.
Santiesteban se interesó por sonoridades fáciles dentro del espectro jazz que mezclaba sin ningún rubor y con evidente elegancia con bossa nova, pop, soul, guitarras españolas, orchestra-sound y su inconfundible "dabadaba". Un buen ejemplo es este maravilloso y burbujeante "Verano del 72", cuya fecha no engaña a nadie en cuanto a su gestación y que Santisteban se planteó como guiño complice a Herb Alpert y su "Tijuana Brass" y su querido Brasil. Sin llegar a la excelencia de "Cafe Ipanema/Bossa 68", el disco es un efervescente y atinado trabajo variado y singular donde brillan temas como el conocido "Sabor a fresa" o el pegadizo "Limón y Sal", que abren y cierran el album. Entre medias hay tiempo para la bossa de "Brincadeira" , el pasodoble pop de "Zorongo", el magnífico easyjazz de "Persecución" (con soberbia presencia del maestro Pedro Iturralde), las refrescantes y frívolas "No te acuerdas de mí" y "Un día de lluvia" (encuentros del citado sonido dabadaba con el Tijuana Brass"), el crossover Ipanema-Torremolinos de "Nuestro ayer" y dos piezas de indudable sabor "sixty" como "Tierra mojada" y "Vuelve a tu ciudad". En mitad del album, mi pieza favorita: "Manias de María", un tema jovial, divertido, dominguero que resume muy bien la filosofía de su inolvidable autor. Sirvan estas líneas como recuerdo y homenaje a Alfonso Santisteban.
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