La sexta aventura del Samurai Negro alcanza cotas delirantes dignas de cualquier cámara de los horrores que se precie. Obviamente, cuando Al Adamson tuvo a bien de llevar al personaje a la pantalla utilizó esta y no otra historia del personaje creado por Marc Olden. Janicot, el brujo del título es un satanista que comanda una organización maléfica a nivel mundial. Entre sus multiples actividades se encuentra el chantaje a base de montar bizarros rituales de sexo y sangre que son filmados con fines poco ortodoxos. Por si esto fuera poco, Janicot está rodeado de una galería francamente mutante: Synne, una exhuberante mujer negra de pelos plateados y uñas afiladas; Bone, un asesino albino homosexual; Rheinhard, un enloquecido hombrelobo (sin pelo) al que le gusta la carne humana; Chavez, un facineroso que comanda una importante red de prostitución; un trío de enanos travestis que torturan a sus victimas con afilados cuchillos; y un ejército de "hombres-león" africanos escapados de no-se-sabe-muy-bien-donde. Robert Sand utiliza sus artes marciales para acabar, sin tapujos, con este desmelenado tinglado, en apenas 150 páginas.
sábado, 26 de marzo de 2011
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