Los Minstrel Show fueron un espectáculo popular del siglo
XIX donde artistas blancos disfrazados se burlaban de los negros en números
cómicos intercalados con actuaciones musicales donde replicaban la música
afroamericana. Básicamente, satirizaban las costumbres de la población negra y
especialmente sus intenciones de imitar a los blancos. Era una especie de
“revista” donde se daba rienda suelta a los aspectos más denigrantes de la
sociedad negra (se incidía a la hora de ridiculizar en su forma de hablar, de
vestir, de bailar, de andar utilizando una serie de roles intercambiables entre
las distintas compañías que eran reconocibles por el público). Con el tiempo, actores
y músicos afroamericanos fueron integrando estas troupes de artistas surgiendo
así una delirante contradicción (mantenida por cierto en las sitcoms
televisivas actuales). Algunos de ellos lograron una importante popularidad.
Estos espectáculos fueron declinando durante la primera década del siglo XX
aunque pervivieron hasta la década de
los sesenta.
Frank Duchezeau
escoge el formato de novela gráfica para contarnos esta singular historia. Blackface
Banjo es un mendigo negro con una sola pierna que vive como puede (y le dejan
vivir) en la América segregacionista de finales del XIX. Un inesperado
encuentro le hace cambiar su vida y dedicarse de manera involuntaria al mundo
del espectáculo. Nuestro protagonista tiene un don: es un genio del Banjo. A
través de su aventura y su mirada, el autor nos lleva a conocer algunos de los
lugares más recónditos de la América de la época. Una sociedad poblada por
desclasados, pícaros, genios ambulantes e incluso un oscuro movimiento de
resistencia de raíz anarquista. Nos encontramos en la última década del siglo
XIX. Las taras de la sociedad americana siguen siendo muy grandes. La guerra
civil no ha eliminado el racismo imperante en gran parte del país. La pobreza
sigue siendo un sumidero por el que
transcurre gran parte de la vida de la población negra, especialmente en las
zonas del sur. Sufren todo tipo de vejaciones, burlas, humillaciones y ataques.
La estructura del relato es sencilla. Un prólogo y un
epilogo respaldan la aventura iniciática de nuestro protagonista. Duchezeau
recurre a la cuadricula básica de nueve viñetas que apenas abandona a lo largo
del libro. El estilo que utiliza a nivel formal es caricaturesco añadiendo por
ello un elemento humorístico que se integra perfectamente con el relato. El
ilustrador francés utiliza exclusivamente el blanco y negro remarcando los
contornos y las figuras sin recrearse excesivamente en los detalles. Esto no
implica que su calidad gráfica sea débil. Todo lo contrario. Uno de los puntos
fuertes de Blackface Banjo es su
magnífica descripción de tipologías y escenarios.
Otro aspecto que no debe ser obviado es la ingenuidad
característica de nuestro protagonista y sus acciones. El mundo que le rodea
actua contra él de manera inmisericorde pero su respuesta siempre es llevada
por una acción positiva tanto en su arte como en su contacto con las personas
que se cruzan en su camino. Esta situación aparece perfectamente contrastada
con su oscuro compañero de fatigas, un indio supuestamente natural de Luisiana,
cuyas verdaderas intenciones jamás quedarán clarificadas a lo largo del relato.
Su inteligente climax otorga una emocianante vuelta de tuerca a todo lo vivido
y experimentado tanto por su protagonista como para el espectador.
La soltura del dibujo le otorga una inesperada vitalidad
adquiriendo interesantes efectos estéticos. Una buena prueba de ella son las
páginas protagonizadas por uno o dos personajes y su desarrollo psicológico ya
sea buscando efectos cómicos o en su lugar, dramáticos. El referente icónico
utilizado por el autor es el humor de aquella época (el slapstick) reflejado
posteriormente en el cine mudo por figuras como Chaplin, Keaton o Mack Sennett.
Nos encontramos con un excelente trabajo que confirma a
Duchezeau como uno de los autores más interesantes del panorama actual europeo.
Su especial sensibilidad para captar la imaginería de la época y su
correspondiente componente musical quedan patentes y magnificados en “Blackface
Banjo”. Este carácter tan especial queda gratificado por la estupenda edición
que Spaceman Books ofrece al público
español. Sin duda, una obra que atraerá a todo tipo de lectores incluidos
aquellos que son ajenos al mundo del comic.
* Este artículo es una versión reducida del original publicado y escrito para la web "Ultramundo". El original lo pueden consultar aquí
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