Parker, aquí McClain y con cambio de piel de
por medio.Criatura mutante en el medio cinematográfico, cuyo creador, el escritor Donald Westlake/Richard Stark, dejó claras las señas de identidad en las paginas que escribió sobre el personaje. En pantalla, ha sido hombre, mujer, alto, bajo, delgado, calvo, duro, guapo, siniestro, chulo, victima, verdugo. Por aquello de los contratos mediáticos, para evitar una serie sobre el personaje e ir cobrando por película, se adaptaron las novelas y el antihéroe tuvo diversos nombres. Resumiendo, un lustroso envoltorio con el que vestir diversidades actorales (y autorales, según quién dirija).
Un criminal especialista en robos llega a la costa oeste para perpetrar un minucioso atraco. El objetivo es hacerse con la caja del Coliseo de Los Angeles en pleno partido de Futbol americano. McClain recluta a un variopinto grupo de especialistas. Todo parece fácil y sin fisuras. Los problemas comienzan una vez perpetrado el hurto.
Thriller de robos y complicados repartos, temática retratada
con asiduidad en los 60, vehículo al servicio de Jim Brown. Su Parker,
un tanto blando aunque de físico
incomparable, suavizado para no molestar a las plateas WASP y
convertirle en icono del cine de acción venidero. El resultado es un
filme entretenido, moderadamente original que resplandece especialmente
por su impresionante nómina de secundarios: Ernest Borgnine, Warren
Oates, Jack Klugman, Donald Sutherland, Julie Harris, James
Whitmore... Todos ellos componen singular galería que los actores llenan con sus características especiales. Sin ellos, The split (1968) sería poco o nada.
En cuanto a McClain o Parker, podía ser perfectamente encarnado por cualquier otro actor, blanco o negro, por que la diferencia sería mínima. En este caso, McClain/Brown es un tanto más cool e irónico que el modelo original, no tiene que ir amenazando a mafias y derivados, ni vengar a viejos amigos o traicioneros compañeros de banda. Tampoco da la sensación de ser un maestro del crimen, ni ese expeditivo profesional que en otras ocasiones ha sido perfectamente retratado. El filme se conforma con colocarle en una situación más o menos límite de la que sale sin problemas gracias a inesperadas alianzas.
Narrada con honestidad artesanal, dosificada en sus momentos más violentos, generosa en acción, The Split (1968) es una película fiel a una formula de la que pocas veces quiere salir. Ese es su mayor inconveniente auque también su mayor acierto. Dirige Gordon Fleming, cineasta habituado al medio televisivo, algo palpable en determinadas soluciones visuales.Quincy Jones se encarga de la banda sonora, anticipando lo
que iba a llegar muy pronto.
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