En esta primera secuela, se intentó recuperar el tono oscuro y tétrico de los viejos comics de la Marvel, reforzando los elementos terroríficos de la trama. Para ello, se contrató a Guillermo del Toro, que utilizó muy bien los citados componentes, aunque el resultado final se saldara con la peor película de su filmografía. Además, el director de “Cronos”, perfecto conocedor del mundo de la viñeta, se mostró algo prepotente en sus comentarios en relación al trabajo de Wolfman y Colan. Es cierto que Blade no es una de las joyas del 9º arte, pero no por ello hay que tirar por tierra el trabajo de sus creadores cuando en muchos casos se vieron obligados a seguir las directrices de la compañía.
El guión de David S. Goyer vuelve a hacer agua por todos los sitios. En esta ocasión, y tras rescatar al desaparecido Whistler de las garras vampíricas (en una de las ideas más estúpidas y carentes de interés que se recuerdan), Blade deberá aliarse a sus letales enemigos para combatir a una nueva especie de chupasangre que se alimentan de humanos y upiros, los raptors. Un wild bunch bastante irritante será formado para intentar acabar con la amenaza.
Blade 2 contiene alguno de los mejores momentos de la trilogía. Es muy reseñable la parte central del film, ambientada en Centroeuropa y donde del Toro lleva la historia a su terreno generando un universo malsano y goticista claramente influenciado por uno de los asesores creativos de la película: el gran Mike Mignola. La soberbia secuencia en las alcantarillas y el tempo conseguido anteriormente en las escenas precedentes son muestra de la maestría del cineasta. También es muy destacable la presentación de Blade al comienzo del film, en una secuencia donde se muestra claramente el virtuosismo del equipo técnico. Otro aspecto reseñable y que entronca con otras obras de Guillermo del Toro, son los lazos familiares que se crean entre los principales personajes de la obra, una insólita lucha de antagonistas donde al amor, la traición, el odio y el juego de lealtades tienen evidente cabida.
En esta ocasión, el look del film cambia considerablemente en relación a la película de Norrington. Si allí se utilizó una paleta de tonalidades apagadas que resaltasen en todo momento la gelidez y aspecto high tech de muchos escenarios, aquí del Toro y Gabriel Beristain dotan al film de mayor calidez en la gama cromática, utilizando ocres, amarillos, rojos y azules que refuerzan su condición de película-comic. Estos aspectos quedan realzados en todos los interiores del film reforzando así su atmósfera claramente claustrofóbica y opresiva.
Guillermo del Toro se aplica de manera artesanal y honesta, ante un proyecto netamente de encargo. Sin embargo, su profesionalidad no consigue hacernos olvidar las debilidades argumentales, los pésimos diálogos, los banales trucos de cara a la galería, amén de regalarnos un tercio final al servicio de la instrucción marcial de Wesley Snipes, tan aburrido y alargado, que desmerecen los logros citados anteriormente. Es muy evidente, que David S. Goyer pocas veces consigue conjuntar bien sus historias, y muchos de sus guiones funcionan más como acumulación de ideas y situaciones (en ocasiones estupendas), antes que por un desarrollo equilibrado y metódico de lo que se nos cuenta. Realmente Blade 2, busca ser un vistoso entretenimiento para todos los gustos, peros sus resultados están muy por debajo de lo que en ocasiones se apunta.
El guión de David S. Goyer vuelve a hacer agua por todos los sitios. En esta ocasión, y tras rescatar al desaparecido Whistler de las garras vampíricas (en una de las ideas más estúpidas y carentes de interés que se recuerdan), Blade deberá aliarse a sus letales enemigos para combatir a una nueva especie de chupasangre que se alimentan de humanos y upiros, los raptors. Un wild bunch bastante irritante será formado para intentar acabar con la amenaza.
Blade 2 contiene alguno de los mejores momentos de la trilogía. Es muy reseñable la parte central del film, ambientada en Centroeuropa y donde del Toro lleva la historia a su terreno generando un universo malsano y goticista claramente influenciado por uno de los asesores creativos de la película: el gran Mike Mignola. La soberbia secuencia en las alcantarillas y el tempo conseguido anteriormente en las escenas precedentes son muestra de la maestría del cineasta. También es muy destacable la presentación de Blade al comienzo del film, en una secuencia donde se muestra claramente el virtuosismo del equipo técnico. Otro aspecto reseñable y que entronca con otras obras de Guillermo del Toro, son los lazos familiares que se crean entre los principales personajes de la obra, una insólita lucha de antagonistas donde al amor, la traición, el odio y el juego de lealtades tienen evidente cabida.
En esta ocasión, el look del film cambia considerablemente en relación a la película de Norrington. Si allí se utilizó una paleta de tonalidades apagadas que resaltasen en todo momento la gelidez y aspecto high tech de muchos escenarios, aquí del Toro y Gabriel Beristain dotan al film de mayor calidez en la gama cromática, utilizando ocres, amarillos, rojos y azules que refuerzan su condición de película-comic. Estos aspectos quedan realzados en todos los interiores del film reforzando así su atmósfera claramente claustrofóbica y opresiva.
Guillermo del Toro se aplica de manera artesanal y honesta, ante un proyecto netamente de encargo. Sin embargo, su profesionalidad no consigue hacernos olvidar las debilidades argumentales, los pésimos diálogos, los banales trucos de cara a la galería, amén de regalarnos un tercio final al servicio de la instrucción marcial de Wesley Snipes, tan aburrido y alargado, que desmerecen los logros citados anteriormente. Es muy evidente, que David S. Goyer pocas veces consigue conjuntar bien sus historias, y muchos de sus guiones funcionan más como acumulación de ideas y situaciones (en ocasiones estupendas), antes que por un desarrollo equilibrado y metódico de lo que se nos cuenta. Realmente Blade 2, busca ser un vistoso entretenimiento para todos los gustos, peros sus resultados están muy por debajo de lo que en ocasiones se apunta.
A mi personalmente me gustó más la segunda parte que la primera. Pese a que tiene algun que otro fallo, me pareció más entretenida y original, sin embargo su predecesora me resulta aburrida y tan solo destacable por algunos momentos, como el de la discoteca o el final que no está mal del todo.
ResponderEliminarEso si, con la tercera ya no me atrevo....
Saludos!
No me gustán estas peliculas sobre el cazador de vampiros ,me parecén un insulto á la vida y han deformado al personaje original poniendo al tio mierda de Wesley Snipes .
ResponderEliminarsolo quiero recordar que gracias a esta pelicula voltearon a ver hacia Guillermo , otra vez , por cierto el de arriba necesita una operacoón en el cerebro
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