martes, 31 de marzo de 2009

TRUCK TURNER (1974)


El comentario habitual suele ser similar y tiende a lo anecdótico. La presencia de Isaac Hayes suele presidir tales reseñas sin preocuparse lo más mínimo del valor intrínseco de la película. El Moisés Negro ejerció aquí su primer papel protagonista y lo hizo con efectividad empleando a fondo su indudable portento físico. No obstante su protagonismo se ve reforzado por un puñado de excelentes actores de reparto: Yaphet Kotto, Nichelle Nichols, Paul Harris, Dick Miller o Scatman Crothers. Lógicamente sus actividades no se limitaron unicamente con la interpretación y firmó una columna sonora que con el tiempo ha ido adquiriendo un lógico culto. En este último aspecto hay que señalar que Hayes no se conformó con repetir la formula que utilizó en “Las noches rojas de Harlem” y firmó un score menos denso, más funcional, pegadizo y en ocasiones superior. No hay temas a la altura de “Shaft Theme”, “Soulsville”, “Do your thing” o el poco citado “Café Regio´s”, pero el score de Truck Turner emplea con fuerza las sonoridades funk-soul habituales de su autor: imprescindibles wah-wahs, excelentes secciones instrumentales, arreglos orquestales, fugas abiertamente jazzies, trabajadas bases ritmicas…. Temas como “Main title”, “Hospital shootout” o “We need each other girl” justifican abiertamente su necesaria escucha.


Truck Turner es un caza-recompensas, con un pasado como exjugador de fútbol americano, que trabaja para una oficina de fianzas persiguiendo a todo tipo de delincuentes indeseables y cuya novia está en prisión por robo. Uno de ellos, es el escurridizo y peligroso Gator, un temible hampón en cuya caza, Turner y su compañero Jerry acaban con su vida. Dorinda, amante de Gator y dueña de un burdel ansiado por los principales proxenetas de la ciudad, pone precio a la cabeza de Mac Turner, comenzando una cacería urbana que será llevada hasta sus últimas consecuencias.


Truck Turner (1974) fue una nueva producción del dúo Fred Weintraub & Paul Heller, responsables del mítico “Operación Dragón”, que una vez finiquitado su filón oriental se lanzaron a otras empresas similares. Ambos productores respaldaron a Jim Kelly en su fallido intento por convertirse en un sustituto negro del finado Bruce Lee en films como Black Belt Jones (1974) o Hot Potato (1976), o sacaron adelante thrillers variopintos como el futurista The Ultimate Warrior (1975) o el horror-survival The Pack (1977). Weintraub productor con evidente olfato comercial siempre buscó la realización de películas con pocas pretensiones pero evidentemente entretenidas, siempre vinculadas a los gustos populares del momento.


Truck Turner (1974) se ajusta perfectamente a esta norma aunque hay que reseñar que la presencia de un jovencísimo Jonathan Kaplan le hizo dar un tono diferente a la realización. Sin perder de vista su perspectiva de action-movie, Kaplan se permitió el lujo de introducir algunas experimentaciones formales que dotan de mucha vitalidad al conjunto. Hay que destacar el evidente aspecto documental de sus títulos de crédito (único momento de crítica social del film), la cita formal a Touch of Evil en la cabalgada en coche de Turner y su colega, la insólita muerte de Yaphet Kotto con un inesperado juego de puntos de vista o las imágenes-robadas en evidente tono fake de Turner y su pareja en algún momento de la película. Por otro lado, el realizador se muestra certero y efectivo en las variadas secuencias de acción que se acumulan a lo largo de la historia: peleas, persecuciones, tiroteos (uno especialmente brillante desarrollado en el interior de un hospital)….Kaplan utiliza con efectividad todos los elementos puestos a su disposición a pesar de no contar con un presupuesto excesivamente abultado (lección evidentemente aprendida en su etapa Corman que fue olvidando paulatinamente a medida que fue escalando puestos en la industria) algo que ya había utilizado aunque de manera más convencional en The Slams (1973) otra blaxploitation que filmó bajo los auspicios de Gene Corman, un vehículo de acción al servicio de Jim Brown de ambientación carcelaria. De Tarantino y sus cosas mejor hablamos otro día.

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