miércoles, 22 de febrero de 2012

GORDON PARKS: FLAVIO DA SILVA








En 1961, en una visita a Brasil para realizar una serie de fotoreportajes para la revista Life, Gordon Parks encontró a Flavio da Silva, un niño enfermo de tuberculosis, que vivía con su familia en una de las favelas de Rio de Janeiro. El trabajo de Parks impactó a la opinión pública estadounidense y se consiguieron donaciones para curar al niño y ayudar a su familia economicamente. Los retratos de Parks son implacables al mostrar sin tapujos la discriminación y la pobreza. En 1964, rodó un corto documental sobre Flavio que supuso uno de sus primeros trabajos detrás de las camaras cinematográficas.

martes, 21 de febrero de 2012

GORDON PARKS: ALI & INGRID





Dos grandes iconos del siglo XX retratados por el "ojo público" de Gordon Parks.

sábado, 18 de febrero de 2012

GORDON PARKS: CHILDREN







Se cumple este año el centenario del nacimiento de Gordon Parks, una de las personalidades más importantes de la cultura afroamericana del pasado siglo. Artista multidisplinar (escritor, musico, cineasta...) y luchador incansable de los derechos civiles es sin embargo como fotógrafo donde obtuvo un reconocimiento que superó las barreras raciales. Como el mismo comentaba el tema principal en su obra es la libertad en todos los campos. Iniciamos aquí una serie de post dedicados a su extraordinaria obra y en la que dejaremos constancia de su admirable maestría al tratar al ser humano en todas sus vertientes.

martes, 14 de febrero de 2012

HARLEM SHOWDOWN

Entre 1973 y 1975, a lo largo de 14 novelas el escritor Barry N. Malzberg desarrolló las aventuras de Martin Wulff, un exviet y expolicía de narcóticos, convertido a su pesar en vengador justiciero contra el narcotráfico. Como todos estos personajes su odio visceral tenía una base sentimental: el asesinato de su novia. Parapetado bajo el pseudónimo de Mike Barry, Malzberg, un todoterreno de la literatura pulp (recordado especialmente por los seguidores a la cinecia ficción) creó a golpe de tecla un sucedáneo del Ejecutor de Don Pendleton y similares, personajes todos ellos dedicados a la acción desatada, al dialogo duro y al tiro como método legal. Como buen justiciero, su tour no tiene desperdicio: Boston Avenger, Havana Hit, Chicago Slaughter, Los Angeles Holocaust, Detroit Massacre, Phoenix Inferno, Philadelphia Blowup...
En su décima aventura, Martin Wulff llegó a Harlem para comprobar la temperatura mortal del barrio. Una curiosidad: Malzberg aborrecía el tema del vigilantismo, muy de moda en esos años por sus generosos beneficios. Aquí nos lo perdimos.

lunes, 13 de febrero de 2012

JIM KELLY COMIC HERO








La popularidad de Jim Kelly en los 70 le llevó a saltar a otros medios aunque fuese de manera ficticia y un tanto residual. En concreto, las dos imágenes pertenecientes a Black Belt Jones pertenecen a la publicidad misma de la película incluida en los pressbooks. La última viñeta es un curioso e imaginado what if... de dos de los grandes iconos del cine afroamericano de los 70.
Sobre comics y heroes de color dejo este enlace con un estupendo artículo escrito a seis manos por Alfonso y Miguel Romero & Eduardo Alvarez Cónsul. Lean, lean que no les va a hacer ningún daño: http://blaxboxing.blogspot.com/2007/02/luke-cagesuperheroe-blaxploitation.html

viernes, 10 de febrero de 2012

JERRY BERNDT: BLACK BEAUTIFUL








Exposición "America the beautiful" Jerry Berndt en Valladolid.

miércoles, 8 de febrero de 2012

BLACK CHRISTMAS (1974) *


Cuando Bob Clark facturó a mediados de los 70 este excelente film, no imaginó que inauguraba sin pretenderlo el slasher** una de las corrientes más seguidas y desarrolladas en las siguientes décadas. Como hizo Mario Bava en “Seis mujeres para el asesino” con el giallo, Clark y su guionista Roy Moore, pusieron las pautas de un subgénero que murió de forma prematura nada más nacer, inconscientes sus seguidores que en este film seminal estaban ya prefigurados, desarrollados y agotados todos los elementos que distinguen este tipo de películas. Salvo contadas excepciones, la camada generada optará por explicitar todo lo que Bob Clark evitó hacer, agrandando así los defectos que el cineasta canadiense escondió con su pulcra escritura fílmica (remakes incluidos).


En una residencia universitaria femenina en plenas fiestas navideñas, empiezan a producirse una serie de asesinatos y desapariciones. Un psicópata escapado de un internado ronda el lugar ocultando un oscuro hecho del pasado....


Black Christmas no es aunque lo parezca un filme de terror puro. Es una película de suspense, un thriller para entendernos, donde hay un excelente dominio del tempo narrativo. Las dosificadas muertes, el juego de falsos asesinos, la delimitación de los espacios, la ocultación consciente del rostro/identidad del asesino, la simpática galería de personajes, su excelente ambientación e incluso la incredulidad general ante los hechos acaecidos son aspectos que realzan a este maravilloso clásico y lo distinguen de sus obtusos seguidores. Además, Clark se permite un juego perversamente metalingüistico, heredado de Hitchcock, Powell y Bava, ofreciendo el ambivalente juego de puntos de vista, donde víctima y asesino se confunden en muchos casos, ocasionando así la sensación constante de inestabilidad y miedo en el espectador. Su ambientación navideña le otorga insólitamente un aspecto de fabula fantasmagórica que la relaciona desde su postmodernidad con las tradicionales ghost story relatadas en dicha época.


La absurda polémica sobre la palpable influencia que Black Christmas tuvo sobre el Halloween de John Carpenter carece de todo valor al visionar la obra de Clark. Ambos cineastas juegan en la misma división y parten de idénticas fuentes (Psicosis, el giallo italiano...) salvo que Carpenter imprimió a su celebrada obra un nivel de abstracción ausente en Black Christmas, especialmente en todo lo referente a la naturaleza del asesino. El resto de aspectos utilizados en el debut de Michael Myers ya estaban en el seminal filme de Clark. Ambas películas son las cimas inalcanzables del slasher.


Black Christmas costó algo más de 600.000 dólares, tuvo un rodaje de 8 semanas y contó en su reparto con actores y actrices que sorprende encontrarles en un filme de estas características. No obstante, algunos de los actores previstos (Malcolm McDowell, Bette Davis, Edmund O´Brien) se cayeron del reparto por diversas razones. La película se estrenó inicialmente en USA con el título Silent Night, Evil Night para evitar que fuese confundida con una blaxploitation (un título sospechosamente similar a Silent Night, Bloody Night (1974) de Theodore Gershuny). Sin embargo, los pobres resultados en taquilla hicieron que se recuperase el ingenioso título original.


*Este artículo ya fue publicado en el blog La Abadia de Berzano en el especial dedicado a Bob Clark
**Black Christmas digamos que es la inauguración oficial del Slasher. Sin embargo, ese mismo año llegó también a las pantallas Noche Silenciosa, Noche Sangrienta (1974), un bodycount de ambiente rural y navideño, rodado por Theodore Gershuny un par de años antes y con resultados estimables, amén de compartir algunos aspectos con el filme de Clark.

jueves, 2 de febrero de 2012

THE OUTFIT (1973)

John Flynn pertenece a esa categoría de modestos artesanos cuya única pretensión al realizar una película era narrar competentemente una historia. Este detalle puede parecer evidente pero actualmente no es habitual encontrar directores que antepongan eficiencia y eficacia a estilo. Es difícil encontrar en las obras de Flynn frivolidades o filigranas manieristas que intenten anteponer el ego autoral al resultado final del film en cuestión. Es un cineasta que empezó desde abajo y tuvo la suerte de contar con directores como Robert Wise (que apadrinó su opera prima, El Sargento), John Sturges o J. Lee Thompson de los que aprender su arte/profesión. Flynn tampoco es uno de esos autores olvidados a rescatar. Es un cineasta con claras limitaciones pero del que se pueden apreciar un conjunto de obras honestas en pretensiones y resultados aunque se vió sometido a las necesidades del mercado a medida que su filmografía iba evolucionando (algo que jugó desafortunadamente en su contra). Retengamos entre sus películas más destacables su citada y controvertida El Sargento (1968), su magnífica Rolling Thunder (1977) o la interesante Best Seller (1984) como muestra de ello. Y logicamente, la película que aquí nos ocupa: The Outfit (1973). Trás ser liberado de prisión, Earl Macklin (un ladrón profesional encarnado por Robert Duvall) inicia una venganza contra los asesinos de su hermano. El asunto está relacionado con un robo a un banco que ambos hicieron años antes sin conocer que sus dueños en la sombra era la organización (la mafia para entendernos). Ayudado por su novia Bett (Karen Black) y su compinche Cody (Joe Don Baker), iniciará una serie de robos contra el sindicato hasta que la deuda con su hermano quede pagada. The outfit (1973) es una nueva aventura de Parker, el personaje que creó Donald Westlake y que desarrolló en más de una veintena de novelas. Un ejemplo de neo-noir netamente hardboiled nada despreciable y muy bien contruido por su creador. Parker tuvo su versión más conocida y a la larga más popular en "A quemarropa" (1967) de John Boorman, aunque viendo el magnífico film del director británico, pueda parecer que en realidad lo que se pretendía era realizar una versión arty y algo presuntuosa del genial filme de Don Siegel: Código del Hampa (1964). El resto de adaptaciones* han sido de lo más variopintas (desde Godard a Alain Cavalier, pasando por Gordon Fleming o Brian Helgeland en los mandos) y muchas veces tomándose todo tipo de libertades según fuera el actor que encarnara a Parker. El filme dirigido por Flynn se ocupa del séptimo libro de la serie aunque su historia tenga muchas similitudes con la obra seminal de la saga: The Hunter. Se cambió el nombre del protagonista e incluso se intentó cambiar la época** (inicialmente se pretendía un desarrollo en plena postguerra, años 40) pero lo costoso de la producción lo impidió. Sin embargo, algo de ese enfoque retro quedó en The Outfit. Por un lado, la película recuerda a los filmes noir de serie B de los años 40 y 50: obras directas, escuetas, en constante movimiento, usando una galería amplia de personajes y situaciones, empleando una violencia seca y no gratificante, siempre con unas motivaciones que a la larga desarrollaban un código moral de los protagonistas de la narración. Por otro lado, la inserción consciente de algunos actores de esa época no es un gesto banal: Robert Ryan, Timothy Carey, Mary Windsor, Jane Greer o Elisha Cook Jr sirven para enlazar con aquel inolvidable territorio filmico siempre muy recordado. Todos los aspectos de la narración están vinculados a la figura de Earl Macklin. La excelente interpretación de Robert Duvall realza los movimientos seguros, los dialogos cortos y estudiados, los gestos ferreos y gélidos, la forma de vida en la que se mueve y que él ha escogido hasta sus últimas consecuencias. Es un hombre que ante todo tiene un pacto con su profesionalidad y las alianzas que establece siempre están unidas al objetivo que pretende lograr. La amistad o el amor no mueven un ápice sus movimientos aunque en los momentos dificiles nunca abandona a los que han optado por seguirle. Destaquemos en este aspecto una doble relación. Con Cody, su viejo socio le une un lazo profesional pero no teme abandonarle o no contar con él, si no sigue su plan. Sin embargo, en el climax del filme McKlin no abandona a su compinche herido. Cody es el perfecto compañero del protagonista. Nunca interfiere, siempre vigila las espaldas, no se fía de nadie aunque en ocasiones los nervios y la peligrosidad de los robos le jueguen una mala pasada. La relación con su novia Bett es más conflictiva y ambigua. No es aceptada por Cody en principio, pero Mcklin la antepone a su objetivo laboral. Los conflictos de pareja entre ambos pueden parecer una argucia argumental para dar algo de dramatismo emocional al gélido mundo criminal que se muestra. Las mujeres en este filme aparecen en distintos ambientes pero siempre desde una optica masculina casi misógina. Bett y Mcklin parecen tener en ocasiones una liasson similar a la de los protagonistas de La Huida (1972), filme con el que existen algunas coincidencias. Sin embargo, el trabajo realizado y el código desarrollado se antepone al resto de situaciones emocionales. La desaparición de Bett es desarrollada por Flynn con una frialdad inaudita paralela a la reacción que el ladrón tiene con la viuda de su hermano en una escena donde la fotografía de Bruce Surtees añade efectos inesperados. Los actos delictivos son ejecutados desde una óptica laboral que evita que las motivaciones fraternales se antepongan en su escenificación. Pueden fallar en sus acciones pero es el riesgo que se corre al escoger la senda del crimen. La organización criminal que presenta Flynn está muy alejada de lo mostrado en esos años por Coppola. Lejos de la abstracción que le daba Boorman al final de A quemarropa (1967), los criminales presentados por Westlake son una empresa con sus evidentes fallas y son tratados de igual a igual por su protagonista. Organizados o independientes todos ellos son criminales aunque no se encuentren a la misma altura, en lo ético o en lo social. Es un mundo despiadado y cruel donde siempre se debe estar alerta. Dos ejecuciones abren y cierran The Outfit (1973), pero entre ambas una acción articulada e inesperada va moviendo las piezas con desigual fortuna. La tensión y la violencia rodean el mundo de McKlin y aunque el salga indemne en lo personal, las perdidas serán irremediables. La felicidad es pasajera y un estado mental que entorpece siempre la acción pretendida. Otro interesante aspecto que se puede destacar es la geografía mostrada por la película: moteles, casuchas rurales dedicadas a oscuros menesteres, oficinas tapadera alojadas en deserticos edificios, carreteras secundarias de tenebrosos presagios, bares de carretera frecuentados por hampones de todo tipo, operaciones de compra-venta ilegal desarroladas en las afueras de grandes urbes, locales de caridad como escenario de intercambio, la ostentación del mafioso adinerado y sus curioso gustos mundanos (caballos y futbol americano). Todo ello realzado por el ya resaltado trabajo de Bruce Surtees que acaba danto una paleta cercana a las tonalidades ocres y moderadamente oscuras de algunos de sus trabajos para Eastwood. Añadamos un detalle más en la valoración: la estimable y siempre efectiva banda sonora del gran Jerry Fielding, añadiendo matices de todo tipo a la película. The Outfit (1973) no es una obra perfecta pero en su equilibrio narrativo uno puede encontrar sus mayores logros. Tampoco se merece el olvido al que se le ha tenido sometida aunque debemos reconocer que surgió en un momento en que el thriller norteamenricano vivía un momento de esplendor donde cintas de marcado tono B como esta pasaban completamente desapercibidas. Vista hoy, y gracias a su reciente recuperación en formato doméstico, añade inesperadas sorpresas para los degustadores de los márgenes del cine noir contemporáneo. *Se ha publicado recientemente en España, la segunda novela gráfica que Darwyn Cooke ha dedicado al personaje de Parker. Precisamente se trata de una adaptación de The Outfit. Y actualmente, se está terminando una nueva película basada en el personaje de Westlake. su título: Parker (2012) dirige Taylor Hackford y protagoniza Jason Stratham. **Este detalle, no obstante, lo negó Flynn en una entrevista.