lunes, 30 de abril de 2012
SOUL SOLDIER (1970)
jueves, 26 de abril de 2012
A ESTRANHA HOSPEDARIA DOS PRAZERES (1976)
Lo Peor: la falta de sorpresa y el tono amorfo del conjunto.
martes, 24 de abril de 2012
THE STUDENT NURSES (1970)
viernes, 20 de abril de 2012
SOMBRAS EN LA OSCURIDAD (1970)


Lo que funcionaba en TV podía funcionar en pantalla grande y Dan Curtis tuvo la oportunidad de llevar al cine a su criatura en una película que funciona como versión resumida de lo acontecido en la serie (desde la llegada del vampiro) y a la vez, como excelente acercamiento para los que desafortunadamente no llegamos a ver la ficción televisiva. El resultado es uno de los mejores filmes de vampiros del periodo cuya especial personalidad sigue inalterable a pesar de haber transcurrido más de cuatro décadas.
Collinwood es una estraña mansión habitada por una familia de oscuros misterios. Willie Loomis (el Renfield de la ficción) cree haber dado con la pista de un tesoro perdido que la acaudalada familia Collins mantenía en secreto. Excavando en el cementerio familiar termina por liberar a un vampiro que lo ataca y lo convierte en su esclavo. Muy pronto el ser recobra su aspecto humano y se presenta ante la familia como Barnabas Collins, un primo lejano de Inglaterra. Su llegada desencadenará una serie de imprevistos sucedidos y muertes en la zona. El vampiro cree encontrar a la reencarnación de su amada novia (fallecida antes de la boda) en la institutriz de la casa y una doctora asegura tener la cura para su enfermedad....
Aunque Barnabás es el centro de esta peculiar peripecia, la auténtica protagonista de la historia tanto en el cine como en la pantalla catódica es Collinwood, una extraña mansión de reminiscencias anglosajonas que se convirtió en centro neuralgico de todo tipo de fenómenos extraños. Entre sus paredes moraron upiros, zombies, hombres lobo, fantasmas, brujas... y cualquier monstruosidad que pudiesemos pensar. El lugar decadente, siniestro y olvidado parece una extraña anomalía representada junto al mar, cuyo boscoso entorno esconde abandonadas reliquias de un pasado floreciente aunque maldito. En ese aspecto, Collinwood parece una imagen paralela de otro lugar fascinante y no menos ominoso: Manderley, la mansión británica creada por Daphne Du Maurier.
Por lo demás en esta imagen crepuscular, romántica y decadente del vampiro cabe destacar la prestancia del inolvidable Jonathan Frid, cuyo rostro y figura hechizan al resto de personajes sin perder un apice de su malignidad. Barnabas Collins es un vampiro muy humano pero que nunca abandona su maldad, aunque muchos de sus propositos sean nobles y compartidos por el espectador. Es esa fascinante dicotomía la que conectó perfectamente con el público convirtiéndole en un icono entre los seguidores más jovenes que eran los que seguian y devoraban la longeva (en cuanto a episodios) serie.
Dan Curtis figura clave de la televisión fantástica de los años 70, reincidiría posteriormente en la figura del vampiro en otras logradas ficciones (su "Drácula" o la primera película de "Kolchak", esta última dirigida por John Llewellyn Moxey) pero es Barnabás Collins su más lograda apuesta por emparentar el pasado y el presente de las míticas criaturas de la noche.

martes, 17 de abril de 2012
EL SOTANO DEL MIEDO (1991)


Al creador de "terrores favoritos" como Pesadilla en Elm Street, Las colinas tienen ojos, Bendición mortal o La serpiente y el arco iris, la palabra maestro le queda muy grande. Como herramienta promocional queda muy bien (el estreno de Scream me confirmó que Craven es ante todo un vendedor de humo) pero ver su nombre en compañía de Cronenberg o Carpenter provoca en el que esto suscribe demasiadas suspicacias.

A lo largo de su pintoresca, accidentada y muy irregular carrera, Wes Craven ha demostrado tan buen olfato para las grandes ideas como una decidida incapacidad para desarrollarlas competentemente hasta el final. Listo como pocos, sus filmes son rodeados de reflexiones sesudas para que el espectador cuando muerde el anzuelo, el gusano tenga un sabor apetecible y no el que realmente tiene. Quizás estoy generalizando o siendo un poco duro, pero Wes Craven me recuerda a uno de esos productores musicales que cada temporada buscan el hit deseado. A veces lo consigue y la mayoría de las ocasiones no.

Entremos en faena. En un ghetto intuimos que angelino, vive en un bloque completamente desahuciado un chico afroamericano (al que llaman el loco), su madre enferma y su hermana lectora de tarot entre otras habilidades. Convencido por un maleante del barrio, el loco es instigado a asaltar la casa de los auténticos dueños del bloque. En el misterioso lugar se esconde un tesoro. Sin embargo, la extraña mansión oculta inesperados secretos.

Craven utiliza como fuente (no es la primera vez) un caso de la crónica criminal sucedido en Santa Monica y que encontró en los periódicos. Sin embargo, el cineasta recurre a los cuentos de hadas (concretamente los ecos de Hansel y Gretel, Juan sin miedo o Jack y las alubias mágicas surgen en el filme) para aderezar esta supuesta crónica social, con forma de aventura juvenil y notas de denuncia al sistema. Happy end incluido.

Lo mejor del filme es como siempre lo que Craven apunta: esa pareja de ogros efectivamente interpretada por Everett Mcgill y Wendy Robie, siniestros hermanos de sugerida relación incestuosa y que tienen secuestrados a un grupo de niños (ya crecidos) en el sótano. Sin embargo, esta truculenta y fascinante propuesta no es explotada por Craven en su vena terrorífica sino que opta por un formato más ligero y distendido, de epopeya juvenil repleta de acción, personajes caricaturescos, situaciones moderadamente intrigantes y algunos golpes de efecto sanguinolento (para mantener la marca entre el fandom). Estamos en resumidas cuentas, ante un filme un tanto oscuro para los más pequeños y un tanto infantil para los más adultos, lo que provoca cierto alejamiento entre el público general.

El sótano del miedo (1991), pese a todo, y dentro de la filmografía de Craven es un filme correcto (está bien rodado y tiene aspectos simpáticos) y superior a otras lindezas con las que el cineasta nos ha obsequiado y que alguna vez hemos tratado por aquí. Se repite ese concepto de maldad plenamente humana que anida a nuestro lado de manera invisible y bajo la etiqueta siniestra de gente corriente. Una temática que se desarrolla en muchas de las ficciones del cineasta norteamericano independientemente del resultado obtenido.

Pero centrándonos con algunas de las preferencias de este blog, nos llama la atención que el filme llegue a las pantallas en pleno auge del cine afroamericano de los 90 (la idea y el boceto inicial databa según Craven de una década antes), lo que convierte al filme en una especie de "Los Goonies in the Hood", recalcado por el protagonismo afroamericano tanto del protagonista como del contexto en el que se desarrolla la historia, aunque los elementos racistas y más controvertidos son limados para hacer digerible el producto. El vino de siempre en botellas "usadas" (que no nuevas).

Lo Mejor: la idea de la historia y el cartel de la película.
Lo peor: la indefinición conseguida en el resultado final
La duda: ¿Por que muchas películas de Wes Craven tienen trabajo adicional de post producción?

miércoles, 11 de abril de 2012
A JAMAA FANAKA FILM






No fuí el primero; cada persona que provoca cambios tiene siempre una deuda con alguién que le antecedió. Me gustaría ser recordado como un hombre que ayudó a mantener la pelota en movimiento".*
martes, 10 de abril de 2012
REBELION EN L.A.


En plena época de protestas y cambios, el grupo que se denominó asimismo como "L.A. Rebellion" intentó dar salida a sus airados sentimientos contra el racismo y pretendieron ser testigos directos de una realidad que en muchos casos estaba siendo ocultada. El grupo no alcanzó eco mediático y pocos de sus integrantes lograron sacar adelante sus proyectos independientes fuera de las aulas pero poco a poco fueron siendo recuperados por festivales y campus universitarios además de organizaciones en favor de los derechos civiles.

En Otoño pasado, la UCLA realizó un ciclo de proyecciones inaugurando una serie de actos para recuperar la memoria de estos cineastas bajo el título: "L.A. Rebellion: Creating a New Black Cinema". Ente los cineastas que formaron este grupo se encuentran realizadores importantes como el gran Charles Burnett, o nombres menos conocidos como el director de origen etiope Haile Gerima, Larry Clark (cineasta afroamericano no confundir con el creador de Kids), Julie Dash, Ben Caldwell, Alile Sharon Larkin, Zeinabu Irene Davis, Barbara McCullough, Billy Woodberry, Jaqueline Frazier y el finado Jamaa Fanaka, único miembro del grupo que alcanzó cierta repercusión mediática con sus películas. Todos ellos formaron un movimiento al que se unieron actores, historiadores y críticos cinematográficos.

Todos ellos se movieron siempre en la más estricta independiencia y avogaron por la integración en las aulas de programas que recuperaran la experiencia afroamericana y los problemas raciales.

jueves, 5 de abril de 2012
JAMAA FANAKA FOREVER ! : 1942 - 2012


Nacido en Jackson Missouri en 1942, con el nombre real de Walter Gordon, se graduó en la UCLA donde realizó sus dos primeras películas aprovechando el proyecto fin de carrera: Welcome Home, Brother Charles (1975) y Emma Mae (1976), dos filmes de bajisimo presupuesto pero sacados con solvencia desde la más estricta independencia. Su siguiente película y una de mis favoritas del periodo, Penitenciaria (1979), también fue realizada con escasísimos medios pero logró un inesperado éxito al mezclar cine de prisiones, boxeo, racismo y denuncia social. Jamaa Fanaka realizó dos secuelas en los 80, creándose alrededor de ellas el lógico culto en los sectores más especializados. Y cerró su trayectoria en plena época del nuevo cine afroamericano con Street Wars (1992), un filme de violencia callejera.

Posteriormente, alentó una denuncia legal contra la industria del cine donde intentó señalar el abuso y racismo de ésta contra las minorías étnicas y las mujeres, que fue rechazada por la justicia americana, aunque él no desistió en su empeño. Interesado por todos los aspectos de la cultura afroamericana y la defensa de los derechos civiles, el cineasta estaba trabajando en un documental sobre el impacto del hip hop y en una cuarta parte de su mayor éxito.

Los que os habeis acercado alguna vez por este blog sabeis que anteriormente firmaba mis reseñas usando su nombre como pseudónimo y fue así como me suscribí en facebook. En noviembre pasado recibi un mensaje suyo advirtiendo el uso de su nombre por mi parte en facebook. Cuando le notifiqué el motivo y la existencia de mi blog (que en realidad habia querido denominar como Penitenciaría), me lo agradeció y me animó a seguir con ello, aclarando eso sí el uso del nombre y resumiendo el contenido del blog (cosa que hice como bien podeís apreciar en la parte superior derecha). Sin lugar a dudas, una de las cosas más gratificantes que me han sucedido desde que escribo en este microespacio.

God bless you my friend.