1.- Quién ha seguido la trayectoria de Roger Corman conoce sus atractivos pero también sus trampas. En sus entrevistas, contestadas con milimétrica exactitud, desvelan a un hombre de cine que ofrece al lector y al entrevistador las respuestas que quiere escuchar, eludiendo en muchos casos los escollos más complicados. También destaca su apuesta por el caballo ganador: Scorsese, Coppola, Cameron, Bogdanovich, Dante, Howard e incluso Sayles. Sin embargo, hay olvidos sospechosos o poco convincentes. Cita poco o nada a un cineasta tan particular y a mi modo de ver genial como Curtis Harrington o apenas nombra a Paul Bartel (llegando a la desfachatez de ni siquiera aparecer citado en los créditos del remake de Death Race). Curiosamente, ambos realizadores eran hombres de cine lúcidos, inteligentes, de trayectorias discolas para el público mayoritario y que no guardaban un "buen" recuerdo de su etapa "Corman".
2.- Tampoco suele citar actualmente Corman a Stephanie Rothman, primera directora que trabajó para él, haciendo un poco de todo y que le dió uno de sus grandes éxitos como productor: "The Student Nurses" (1970). El caso de Rothman es distinto ya que desafortunadamente su admirable labor dentro del cine B de los 70, no tuvo continuidad en los grandes estudios y su trayectoria se vió cortada. A diferencia de Harrington y Bartel, la directora norteamenricana si que habla bien de Corman al que considera abiertamente su mentor.
3.- Cuando Corman crea la New World, lo tuvo muy claro a la hora de dar el pistoletazo de salida: "Explotación de una fantasía sexual masculina, con una subtrama cómica, en la que no falte acción, violencia, un ligero mensaje de izquierdas...y por otro lado, desnudos frontales de cintura para arriba o completos por detrás (nunca enseñar vello púbico) y conseguir un título que funcione". Aquí tenemos la clave de la fórmula de las películas de enfermeras pero que podría ser traspasada a otras de sus producciones setenteras (and beyond...). Al menos, The Student Nurses (1970) tuvo la suerte de ser dirigida por Stephanie Rothman que tuvo la delicadeza de dar algo de empaque a la rudeza de dicha fórmula, logrando un insólito, en ocasiones ingenuo pero efectivo equilibrio, a una película y una historia que en otras manos hubiese desarrollado resultados mucho peores (como se vió posteriormente en las secuelas).
4.- Cuatro jóvenes estudiantes de enfermería viven juntas en California y viven diversas aventuras. Una de ellas se enamora de un joven en fase terminal; otra experimenta la era de acuario (viajes acidos incluidos) y acabará embarazada; una tercera se relaciona con fenómenos de guerrilla urbano vinculados al mundo hispano y la última, la pija del grupo, tiene diversos líos amorosos.
5.- Las nuevas reglamentaciones censoras permitieron a muchas películas tratar temáticas más adultas y difíciles de ver en producciones de los grandes estudios. Esto se apreciaba en las últimas obras de Corman como director y se ve claramente en The Student Nurses (1970). A Rothman no le importaba seguir la fórmula citada pero siempre y cuando la permitiera tratar temas que a ella siempre la interesaban: la liberación de la mujer, la lucha por las libertades y los derechos civiles, el aborto, las desigualdades sociales, las dificultades de adoptar decisiones en la vida adulta, e incluso, documentar ciertos movimientos político-sociales de ese momento. The Student Nurses (1970) es un perfecto melting pot de todos estos aspectos comentados que curiosamente logra un tono perfecto que cruza sin problemas la comedia y el drama, introduciendo ademas otros aspectos imposibles en producciones normales (las secuencias oníricas revisitadas posteriormente por Rothman en The Velvet Vampire) e incluso, lanzando al espectador no iniciado ideas que posiblemente no esperaba encontrar.
6.- Narrada con encanto y sin pretensiones, acompañada de un estupendo y misterioso soundtrack inencontrable, The Student Nurses (1970) acaba convertida en perfecta radiografía de las tendencias que se vivían dentro y fuera de las pantallas norteamericanas. Lo mejor del trabajo de Rothman es que sabe dar la suficiente entidad a sus protagonistas evitando que acaben visualizadas como objetos de visión sexual y ofrece un estimable dinamismo para que los aspectos más dramáticos o menos adsequibles acaben fluyendo placidamente en el desarrollo de la película. Las secuelas se limitaron a explotar basicamente lo que Rothman solo quiso sugerir. (Todas ellas dirigidas por hombres, por cierto).
7.- Por ir cerrando, destacar sus geniales y sencillos títulos de créditos (con el magnífico tema: "We can make it if we try"), el encanto que desprenden Elaine Giftos, Karen Carlson y Brioni Farrell, la bella gelidez de Barbara Leigh y sus recorridos oníricos, o la sorpresa de encontrarnos con el tema hispano en lugar del esperado mundo afroamericano. Stephanie Rothman abandonó posteriormente la New World para co-fundar la hoy reivindicada Dimension Pictures. En sus seno dirigiría The Working Girls (1974) una versión mejorada y muy reivindicable de lo aquí expuesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario