Aunque la obra de Chester Himes no ha transitado excesivamente las pantallas, sus adaptaciones han tenido resultados al menos interesantes aunque no plenamente satisfactorios. Ya en 1970, Ossie Davies abrió el fuego de la blaxploitation con Algodón en Harlem, un estimable film que hizo ver a muchos productores las posibilidades económicas de un emergente mercado. Esta aventura tuvo una curiosa prolongación un par de años más tarde en Come Back, Charleston Blue (1972), versión muy libre de la novela Empieza el calor.
Ambas películas estaban sacadas del maravilloso ciclo Harlem, conjunto de historias en las que Himes dio rienda suelta a las aventuras de los geniales Ataud Johnson y Sepulturero Jones, dos policías negros de armas tomar que impartían justicia en el mítico barrio neoyorquino. Casi veinte años después, Bill Duke se puso manos a la obra y tras una década trabajando como actor y director televisivo, saltó a la pantalla grande con una nueva adaptación de la obra de Himes. En este caso, la inolvidable Por amor a Imabelle, carta de presentación del citado dúo de inspectores de color. Su título en pantalla no deja lugas a dudas: A Rage In Harlem.
Una joven y ambiciosa joven huye de una perdida zona de Mississippi con un preciado cofre repleto de joyas. Ni que decir tiene que tan atractivo botín ocasionará un importante revuelo cuando llegue a Harlem. Hampones, buscavidas, proxenetas, y vividores perseguirán el tesoro mientras los cadáveres se empiezan a amontonar. En esta aventura aparecerá un inesperado protagonista, Jackson un inocente e ingenuo agente de pompas fúnebres, perdidamente enamorado de Imabelle que se encontrará de bruces con todo este efervescente tinglado.
Esta versión muy libre de la citada novela de Chester Himes radiografía de manera certera el Harlem de 1956, un particular microcosmos poblado por gangsters, mujeres fatales, violentos matones, delincuentes de poca monta, religiosidad impostada y todo tipo de tugurios donde el jazz y el rythm & blues juegan un importante papel. El tono elegido es claramente noir pero filtrado bajos los rudimentos de una gran comedia, aspecto que en ocasiones debilita esta obra sin llegar finalmente a aniquilarla. El humor negro y la ironía son elementos habituales en las obras de Chester Himes pero nunca son los auténticos vehículos de la acción. El punto más débil de la película es el retrato de Ataud Johnson y Sepulturero Jones, meros comparsas cómicos de la aventura de nuestro principal personaje, cuyas escasas apariciones provocan la lógica hilaridad.
El libreto de Redada en Harlem (1991) coge el espíritu que no la letra de Himes. Varía y modifica algunos personajes y situaciones de la novela sin que el resultado final pierda interés ni desvirtúe el sentido original propuesto en la novela. Así, A Rage in Harlem puede ser vista como una versión modernizada de la inmortal La Isla del Tesoro de Robert L. Stevenson, sustituyendo a piratas y marinos por mafiosos, truhanes, facinerosos, muñecas de ébano y algún que otro simpático ingenuo. Las persecuciones y los tiroteos se dan la mano con algunas bromas (genial la de los cuadros de la habitación de Jackson) y momentos de evidente glamour negro.
Duke retrata muy bien la divertida galería de personajes que pululan por está enloquecida historia. Desde Jackson, ese orondo gigantón magníficamente interpretado por Forrest Whitaker, pasando por Big Kathy un travestido proxenta de engañosas apariencias (Zakes Mokae), el ridículo gangster Easy Money (el gran Danny Glover), el dinámico y truhán Goldy (hermanastro del protagonista felizmente interpretado por el finado Gregory Hinnes) o la resplandeciente Imabelle (venenosa muñeca de ébano encarnada, nunca mejor dicho, por la potente Robin Givens).
Además, la cuidada ambientación se ve reforzada por una excelente banda somora de Elmer Berstein acompañada de hits de la época: Chuck Berry, Little richard, James Brown, Fats domino, Jimmy Reed, Bo Didley, Howlin´ Wolf, Elmore James…o el mismísimo Screamin´ Jay Hawkins que incluso hace acto de presencia en una de las mejores escenas de la película. En defintiva, A Rage in Harlem es un meritorio film que habría merecido mayor interés del que despertó en su momento.
Ambas películas estaban sacadas del maravilloso ciclo Harlem, conjunto de historias en las que Himes dio rienda suelta a las aventuras de los geniales Ataud Johnson y Sepulturero Jones, dos policías negros de armas tomar que impartían justicia en el mítico barrio neoyorquino. Casi veinte años después, Bill Duke se puso manos a la obra y tras una década trabajando como actor y director televisivo, saltó a la pantalla grande con una nueva adaptación de la obra de Himes. En este caso, la inolvidable Por amor a Imabelle, carta de presentación del citado dúo de inspectores de color. Su título en pantalla no deja lugas a dudas: A Rage In Harlem.
Una joven y ambiciosa joven huye de una perdida zona de Mississippi con un preciado cofre repleto de joyas. Ni que decir tiene que tan atractivo botín ocasionará un importante revuelo cuando llegue a Harlem. Hampones, buscavidas, proxenetas, y vividores perseguirán el tesoro mientras los cadáveres se empiezan a amontonar. En esta aventura aparecerá un inesperado protagonista, Jackson un inocente e ingenuo agente de pompas fúnebres, perdidamente enamorado de Imabelle que se encontrará de bruces con todo este efervescente tinglado.
Esta versión muy libre de la citada novela de Chester Himes radiografía de manera certera el Harlem de 1956, un particular microcosmos poblado por gangsters, mujeres fatales, violentos matones, delincuentes de poca monta, religiosidad impostada y todo tipo de tugurios donde el jazz y el rythm & blues juegan un importante papel. El tono elegido es claramente noir pero filtrado bajos los rudimentos de una gran comedia, aspecto que en ocasiones debilita esta obra sin llegar finalmente a aniquilarla. El humor negro y la ironía son elementos habituales en las obras de Chester Himes pero nunca son los auténticos vehículos de la acción. El punto más débil de la película es el retrato de Ataud Johnson y Sepulturero Jones, meros comparsas cómicos de la aventura de nuestro principal personaje, cuyas escasas apariciones provocan la lógica hilaridad.
El libreto de Redada en Harlem (1991) coge el espíritu que no la letra de Himes. Varía y modifica algunos personajes y situaciones de la novela sin que el resultado final pierda interés ni desvirtúe el sentido original propuesto en la novela. Así, A Rage in Harlem puede ser vista como una versión modernizada de la inmortal La Isla del Tesoro de Robert L. Stevenson, sustituyendo a piratas y marinos por mafiosos, truhanes, facinerosos, muñecas de ébano y algún que otro simpático ingenuo. Las persecuciones y los tiroteos se dan la mano con algunas bromas (genial la de los cuadros de la habitación de Jackson) y momentos de evidente glamour negro.
Duke retrata muy bien la divertida galería de personajes que pululan por está enloquecida historia. Desde Jackson, ese orondo gigantón magníficamente interpretado por Forrest Whitaker, pasando por Big Kathy un travestido proxenta de engañosas apariencias (Zakes Mokae), el ridículo gangster Easy Money (el gran Danny Glover), el dinámico y truhán Goldy (hermanastro del protagonista felizmente interpretado por el finado Gregory Hinnes) o la resplandeciente Imabelle (venenosa muñeca de ébano encarnada, nunca mejor dicho, por la potente Robin Givens).
Además, la cuidada ambientación se ve reforzada por una excelente banda somora de Elmer Berstein acompañada de hits de la época: Chuck Berry, Little richard, James Brown, Fats domino, Jimmy Reed, Bo Didley, Howlin´ Wolf, Elmore James…o el mismísimo Screamin´ Jay Hawkins que incluso hace acto de presencia en una de las mejores escenas de la película. En defintiva, A Rage in Harlem es un meritorio film que habría merecido mayor interés del que despertó en su momento.
Esta pelicula es la mejor adaptación que se ha hecho de una novela del "Balzac de Harlem" pues "Algodón en Harlem" ,aunque fue la 1ª Blaxploitation de la historia es un poquito colorista,y "Come back Charleston Blue" que yo grabé en Vhs de la Tve2 que es todavia mas colorista .
ResponderEliminarEsta pelicula es la mejor adaptación que se ha hecho de una novela del "Balzac de Harlem" pues "Algodón en Harlem" ,aunque fue la 1ª Blaxploitation de la historia es un poquito colorista,y "Come back Charleston Blue" que yo grabé en Vhs de la Tve2 que es todavia mas colorista .
ResponderEliminarLo que es una pena es que esta película ni se estrenase ni se editase en España...y eso que estaba Miramax detrás de ella. Sería interesante que Bill Duke volviera a transitar la obra de Chester Himes en las pantallas.
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