Entre 1973 y 1975, a lo largo de 14 novelas el escritor Barry N. Malzberg desarrolló las aventuras de Martin Wulff, un exviet y expolicía de narcóticos, convertido a su pesar en vengador justiciero contra el narcotráfico. Como todos estos personajes su odio visceral tenía una base sentimental: el asesinato de su novia. Parapetado bajo el pseudónimo de Mike Barry, Malzberg, un todoterreno de la literatura pulp (recordado especialmente por los seguidores a la cinecia ficción) creó a golpe de tecla un sucedáneo del Ejecutor de Don Pendleton y similares, personajes todos ellos dedicados a la acción desatada, al dialogo duro y al tiro como método legal. Como buen justiciero, su tour no tiene desperdicio: Boston Avenger, Havana Hit, Chicago Slaughter, Los Angeles Holocaust, Detroit Massacre, Phoenix Inferno, Philadelphia Blowup...
En su décima aventura, Martin Wulff llegó a Harlem para comprobar la temperatura mortal del barrio. Una curiosidad: Malzberg aborrecía el tema del vigilantismo, muy de moda en esos años por sus generosos beneficios. Aquí nos lo perdimos.
En su décima aventura, Martin Wulff llegó a Harlem para comprobar la temperatura mortal del barrio. Una curiosidad: Malzberg aborrecía el tema del vigilantismo, muy de moda en esos años por sus generosos beneficios. Aquí nos lo perdimos.
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